Economía colaborativa

Lo bueno, compartido, dos veces mejor: Esta frase, similar a su equivalente en inglés "sharing is caring", expresa las ventajas de la economía colaborativa, también conocida como economía compartida o sharing economy. Compartir, por supuesto, no es un fenómeno nuevo: siempre han existido dispositivos utilizados por varios usuarios, expertos que han puesto sus habilidades y conocimientos al servicio de la sociedad o personas que han querido transmitir historias e imágenes a las generaciones más jóvenes. No obstante, parece que este deseo de compartir se ha visto incrementado gracias a las redes sociales y al uso del Internet móvil.

Desde hace algunos años, el término "economía colaborativa" se usa cada vez con más frecuencia. Pero ¿qué significa exactamente? ¿Qué empresas aplican este tipo de economía con éxito y qué ventajas y desventajas ofrece a sus clientes y empresas?

¿Qué es la economía colaborativa?

Si en sus inicios se celebró como un modelo alternativo a las formas de consumo tradicionales, hoy se recibe en algunos sectores como una amenaza a su existencia. Esto se debe a que la economía colaborativa, además de estar cambiando radicalmente la industria, también está influyendo en la forma en que las personas interactúan entre sí y con respecto a los bienes y servicios.

Economía colaborativa: definición

El término hace referencia a los negocios, a las plataformas online y offline y a las comunidades que permiten a los usuarios compartir bienes, servicios o información. En lugar de poseer algo, este modelo de consumo se centra en la posibilidad de usar lo que se necesita.

Por ejemplo: en casi todas las casas hay un taladro, pero suele utilizarse unas pocas veces al año. Si se pone a disposición de otras personas, se consigue reducir el consumo de recursos necesarios para la fabricación de estas herramientas. Por supuesto, este principio también se puede aplicar a los coches, a las viviendas e incluso a los medios de comunicación. Pedir prestado es la nueva forma de consumir y la economía colaborativa lo facilita enormemente.

Con Internet se ha despertado el deseo de compartir. Wikipedia, por ejemplo, solo funciona si los usuarios comparten sus conocimientos con otros internautas y crean nuevos contenidos. Sin embargo, el uso conjunto de bienes tangibles e intangibles no empezó realmente a ganar importancia hasta la llegada de los smartphones y los datos móviles. Hoy en día, las aplicaciones permiten alquilar un coche o una bicicleta en cuestión de segundos o encontrar a un experto que esté dispuesto a compartir sus conocimientos o su trabajo.

Los modelos P2P, B2C y B2B en la economía colaborativa

El papel de las empresas en la entrega de servicios depende de su modelo de negocio. Normalmente, las empresas ofrecen la infraestructura técnica necesaria, como una app o una plataforma online.

P2P: con los modelos de negocio peer-to-peer, las empresas proporcionan la infraestructura técnica que comparten o alquilan.

B2C: en el caso del modelo business to consumer, las empresas utilizan las nuevas posibilidades técnicas para que los clientes puedan usar sus propios productos.

B2B:En el modelo business to business las empresas prestan, por ejemplo, máquinas de producción o servicios a otras empresas. De este modo, las empresas se ahorran la compra costosa de equipos o la contratación de expertos.

Los modelos B2C y B2B existen desde hace tiempo y gracias a las innovaciones técnicas cada vez funcionan más rápido y de forma más simplificada. Por su parte, el modelo P2P es el más interesante para entender las nuevas posibilidades y dimensiones de este modelo de economía compartida.

Ejemplos de empresas basadas en el principio de la “sharing economy”

En la actualidad son innumerables las empresas que ofrecen a sus usuarios el intercambio, alquiler o uso temporal de bienes, servicios e información. Aunque muchas ocupan nichos relativamente pequeños, también hay negocios basados en la economía colaborativa, cuyas ofertas compiten con las empresas más tradicionales.

Alojamiento: Airbnb

Fundada en 2008, se trata de una empresa para el alquiler de alojamiento privado. Si bien es cierto que ha ayudado a innumerables viajeros a encontrar fácilmente un lugar donde alojarse a buen precio, su irrupción en el mercado no ha quedado libre de polémica: especialmente en las grandes ciudades con muchos visitantes, muchos apartamentos se utilizan solo para el alquiler privado a turistas. Esto provoca que se reduzca la oferta de viviendas permanentes en las ciudades y aumente la demanda y, como consecuencia, se encarezcan los alquileres.

Airbnb es un simple intermediario en este modelo de negocio de economía colaborativa, es decir, solo se encarga de registrar la reserva y efectuar el pago en su plataforma. Además, la compañía no garantiza la fiabilidad del propietario ni el estado del apartamento. Sin embargo, es posible evaluar a los inquilinos y a los propietarios posteriormente.

Transporte: Uber

Uber es considerado por muchos como el prototipo de la economía colaborativa. La compañía sirve de intermediaria para el alquiler de vehículos con conductor. Aunque similar a una compañía de taxis, se distingue claramente por un hecho: son particulares los que realizan los viajes utilizando sus propios coches. Los pasajeros interesados reservan un viaje a través de su aplicación y se les muestra la hora de llegada y los detalles del vehículo. Una vez finalizado el servicio, los gastos de transporte se cargan automáticamente en la cuenta. Es entonces cuando el conductor y el pasajero tienen la oportunidad de realizar una evaluación.

Hecho

Viajar en Uber es más económico que coger un taxi, lo que provocó que el sector de los taxistas entrara en conflicto con Uber en muchos países. Todo ello desembocó incluso en una serie de medidas legales (en algunos casos incluso la prohibición del servicio de economía colaborativa).

Bienes: Wallapop

La aplicación para la venta de ropa y otros objetos de segunda mano apareció en España en 2014. Se caracteriza por mostrar a los usuarios los productos según su geolocalización. Además, permite a los interesados ponerse en contacto con el vendedor a través de un chat.

Medios: Netflix

En solo 20 años, Netflix ha pasado de ser una pequeña empresa de videoclubes a uno de los proveedores de streaming más grandes del mundo. Es más, el valor de mercado de la empresa estadounidense superó incluso al de Disney durante un periodo corto de tiempo. Esta plataforma presenta una oferta original: en lugar de vender o alquilar películas o series, ofrece a los usuarios su visualización en el sitio web del proveedor de forma ilimitada y en cualquier momento. A cambio, se exige el pago de una cuota mensual. Para muchos clientes resulta mucho más barato que comprar o alquilar DVDs o Blu-rays. Además, los datos de las películas y series transmitidas por streaming permanecen en la empresa, a diferencia de lo que ocurre con las descargas.

Economía colaborativa: ventajas e inconvenientes

Las empresas que han aplicado con éxito el modelo de economía colaborativa sirven como ejemplo para analizar las ventajas de esta alternativa al negocio tradicional. Sin embargo, también se observan inconvenientes, tanto para los usuarios como para empresas.

Ventajas de la economía colaborativa para los usuarios

El crecimiento de la economía colaborativa en los últimos años se debe principalmente a las ventajas que encuentran los usuarios frente a los modelos de negocios más comunes, como las tiendas online o los proveedores de servicios .

  • Accesibilidad: gracias a su alto grado de usabilidad, las plataformas permiten un acceso rápido y eficaz a los productos. En particular, la disponibilidad móvil a través de aplicaciones para smartphones permite acceder a los servicios de sharing economy desde cualquier lugar.
  • Política de precios: los precios de los bienes y servicios ofertados son con frecuencia más bajos que los de los competidores de modelos clásicos de consumo. Es más asequible pagar por productos de segunda mano, apartamentos de subalquiler y servicios de transporte privado que comprar productos nuevos, reservar un hotel o tomar un taxi.
  • Protección del medio ambiente: la conciencia medioambiental también se ve recompensada. Al compartir automóviles o reutilizar bienes usados, la producción de bienes de fábrica se reduce. Con ello se ahorran recursos y, en consecuencia, se contribuye a la conservación del medio ambiente. Sin embargo, esta ventaja de la economía compartida ha de observarse con cautela: al tratarse de bienes y servicios de los que se puede disfrutar con mayor facilidad, se puede producir un aumento del consumo o utilización.
  • Oportunidades de ingreso: para los vendedores y proveedores de servicios, las plataformas para el consumo colaborativo son consideradas una nueva fuente de ingresos. Este modelo de negocio presenta oportunidades flexibles para ganar dinero, permitiendo a muchos proveedores vivir incluso completamente de los beneficios obtenidos con él.

Ventajas de la economía colaborativa para las empresas

Las empresas también se pueden beneficiar en muchos aspectos de la economía colaborativa. Claro está que han de adaptarse a los cambios y estar dispuestas a invertir capital y mano de obra para expandir o reorganizar su modelo de negocio.

  • Nuevos modelos de negocio: como muestran los ejemplos de Airbnb, Uber y Netflix, la economía compartida ofrece la oportunidad de combinar industrias establecidas. Si se obtiene éxito, la posibilidad de obtener beneficios es enorme. Incluso cuando en algunos sectores se trata a la economía colaborativa como una intrusión en un mercado, permite abrir nuevos nichos y llegar a clientes a los que anteriormente no les interesaba la oferta de la empresa.
  • Tecnologías eficientes: el uso de aplicaciones para gestionar este modelo de economía permite reducir costes de personal o de locales comerciales. Sin embargo, el desarrollo y mantenimiento del software también supone un gasto.
  • Acceso a los datos del usuario: gracias a la interacción online de los clientes, las empresas pueden recopilar una gran cantidad de datos valiosos sobre los usuarios de la plataforma. Esta información puede utilizarse para adaptar aún más la oferta a las preferencias del cliente y así mejorarla, aunque también se recurre a ella para mandar publicidad personalizada.

Desventajas de la economía compartida para los usuarios

Por supuesto, la economía colaborativa no solo ofrece ventajas, también muestra ciertos inconvenientes.

  • Privacidad: aunque la recopilación de datos es útil y resulta rentable para las empresas, los usuarios han de saber que se almacena mucha información sobre ellos: desde preferencias para determinados productos hasta perfiles de movimiento detallados. Además, algunas plataformas requieren que los proveedores pongan a disposición del público información sobre sí mismos o sobre su entorno. Una oferta para el alquiler de una habitación privada, por ejemplo, requiere que las fotos del propio apartamento se suban a la plataforma para que todos las puedan ver.
  • No ofrecen garantía: la mayoría de las plataformas de sharing economy solo sirven de intermediarias, sin garantizar la calidad de los bienes o servicios ofrecidos. Como resultado, los usuarios deben confiar enteramente en las valoraciones de otros usuarios. Tampoco garantizan el reembolso de la cantidad transferida si el producto no cumple con lo esperado.
  • Ausencia de legislación: la falta de regulación presenta algunas desventajas para los proveedores de negocios basados en economía colaborativa. Por ejemplo, los conductores de servicios de transporte no son trabajadores por cuenta ajena, sino que en la mayoría de los casos son autónomos. En este sentido, la legislación laboral no ofrece protección en caso de despido improcedente o garantiza un salario mínimo.
  • Comercialización: se acusa a muchas plataformas de economía colaborativa de convertir los servicios originalmente gratuitos en un modelo de pago. Por ejemplo, hace unos años surgió el couchsurfing, donde los visitantes podían pasar la noche gratis en la casa de otra persona. Esta iniciativa sin ánimo de lucro perdió muchos usuarios con la aparición de plataformas como Airbnb y similares.

Desventajas de la economía colaborativa para las empresas

Las pequeñas y medianas empresas en particular, pero también las grandes empresas que se niegan a adoptar la economía colaborativa en su modelo de negocio o que carecen de las capacidades o los medios necesarios para adaptarse a él, se enfrentan a ciertas desventajas.

  • Desplazamiento de industrias establecidas. Las plataformas con modelos de sharing economy restan clientes a las industrias establecidas por ofrecer una oferta más económica. El sector del taxi se ve amenazado por Uber; la industria hotelera, por Airbnb, y los grandes distribuidores de cine ven en Netflix un duro competidor.
  • Reducción de ventas. Se vuelven a vender productos ya usados, se comparten otros artículos: todo ello conlleva la reducción del consumo de nuevos bienes y por lo tanto a una disminución de las ventas.
  • Cambios en las preferencias del cliente. A medida que los bienes se utilizan durante más tiempo y con más intensidad, la concepción de lo que es un buen producto también cambia. Cada vez más, los clientes quieren productos que puedan usarse durante mucho tiempo y sean fáciles de reparar. En consecuencia, los productos desechables pierden su atractivo y las industrias han de adaptarse a las nuevas preferencias de los compradores. Con todo, estas medidas resultan beneficiosas para el medio ambiente.

Oportunidades y riesgos de la economía compartida

Los usuarios obtienen importantes beneficios de las plataformas de sharing economy, entre otros motivos porque les facilita el acceso a una gama más amplia de productos, servicios e información, que normalmente se ofertan a precios más bajos. Además, permite la existencia de una economía de mercado más justa y respetuosa con el medio ambiente y ofrece oportunidades a proveedores privados para aumentar sus ingresos. Como inconveniente, cabe destacar que las personas que se dedican a este tipo de negocios suelen ser trabajadores por cuenta propia que asumen una serie de riesgos, por ejemplo, sufrir situaciones laborales precarias. Subrayar también la amenaza que supone para la protección de la intimidad.

Las empresas que se adaptan a los modelos de negocio de la economía compartida tienen la posibilidad de obtener grandes beneficios con costes de inversión comparativamente bajos. La digitalización permite recopilar una multitud de datos e información de los usuarios. Por el contrario, las empresas que no se adecuen a las nuevas condiciones del mercado corren el riesgo de desaparecer, al menos en algunos sectores. Es decir, muchos modelos de negocio establecidos pueden perder importancia, las ventas pueden disminuir notablemente debido a los cambios en las necesidades de los clientes y puede reducirse el consumo. Por eso, adaptarse a los nuevos modelos y contemplar la economía colaborativa puede resultar beneficioso.