Dado que AlmaLinux se considera el sucesor de CentOS, los desarrolladores se han asegurado de que el cambio sea lo más sencillo posible. Por lo tanto, los paquetes, la configuración y demás pueden cambiarse uno a uno. Otra ventaja es sin duda la disponibilidad y amabilidad de la comunidad. Básicamente, todo el mundo puede contribuir a AlmaLinux y optimizar el sistema operativo por sí mismo. Tampoco hay restricciones de uso ni licencias. La asistencia está garantizada hasta 2029. AlmaLinux se limita a lo esencial e incluye LibreOffice, Mozilla Firefox, Python, PostgreSQL y MariaDB.
Hasta ahora, AlmaLinux no tiene ninguna desventaja importante. Sin embargo, esto también se debe al hecho de que es una de las distribuciones de Linux para servidores más nuevas y, por tanto, los informes de experiencia aún no son numerosos. Solo el tiempo dirá si AlmaLinux puede imponerse y estar a la altura de las distribuciones más antiguas. Tampoco es posible aún predecir la calidad de las actualizaciones ni la rapidez con la que se pueden resolver problemas que puedan surgir. Además, la dependencia de los patrocinadores es un pequeño punto negativo, que se compensa con creces con la disponibilidad totalmente gratuita.