Actualmente, las llamadas RPC se utilizan en muchos ámbitos: son uno de los componentes fundamentales de los servicios web (por ejemplo, como protocolo XML-RPC para llamadas a funciones remotas a través de HTTP) y hacen posibles las aplicaciones distribuidas, en las que diferentes ordenadores comparten los recursos disponibles y las tareas entrantes. Entre otras, aquí se incluyen los servicios informáticos en la nube, los sistemas bancarios o los sistemas de reservas turísticas, así como las bases de datos. Otros campos de aplicación son los clústeres de ordenadores (clústeres de alta disponibilidad), las redes entre iguales descentralizadas y las cadenas de bloques (por ejemplo, de las criptomonedas), que también suelen trabajar con la tecnología RPC.
Asimismo, las Remote Procedure Calls son básicas para el funcionamiento de los sistemas operativos actuales: por ejemplo, Windows las utiliza en muchas rutinas que se llevan a cabo constantemente, como el servicio de fax, la cola de impresión o las conexiones de red configuradas, que utilizan un servicio de sistema denominado “llamada a procedimiento remoto”.
En el mundo de Unix y Linux, tiene un papel importante el Network File System (NFS), o sistema de archivos de red, desarrollado por Sun Microsystems. Este sistema utiliza las RPC entre cliente y servidor para montar el conjunto de archivos de un ordenador remoto en un ordenador local, es decir, para que estos estén disponibles en el segundo de forma parcial o completa, lo que permite al usuario administrar los archivos ubicados en un dispositivo remoto como si los tuviera en su propio ordenador. Estableciendo permisos, se regulan los derechos de lectura y escritura de los archivos. El Network Information System (NIS), o sistema de información de red, también utiliza RPC y, por lo tanto, permite administrar los sistemas Unix y Linux de forma centralizada.