La cloud de OpenStack es una réplica en software de una infraestructura informática que admite prácticamente todos los niveles de complejidad. Los módulos, que, por lo general, deben estar disponibles en formato físico, son generados virtualmente, según su función, por alguno de los componentes descritos anteriormente. El espacio de almacenamiento necesario es creado por Swift y, según convenga, presentado al usuario gracias a Cinder como espacio de almacenamiento en bloque. La funcionalidad de cada uno de los servidores y ordenadores de la red es posible gracias a Nova, que se encarga de gestionarla. Al conjunto o pool de máquinas virtuales disponibles se accede mediante Glance.
Neutron, por su parte, es el componente encargado de las interconexiones. Garantiza la seguridad mediante un firewall y, si es necesario, también realiza acciones de monitoreo. Keystone regula la autenticación y los derechos de los usuarios. Gracias a Horizon, el sistema puede administrarse de forma cómoda desde el inicio. Si, de forma inesperada, se necesita más espacio de almacenamiento o un mayor rendimiento, se pueden realizar las modificaciones que correspondan.