Aunque el software puede ayudarte a administrar la nube híbrida, el esfuerzo de gestión que comporta sigue siendo mayor que el de las otras dos alternativas. Por ejemplo, tienes que definir claramente qué elementos de la empresa deben almacenarse en la nube, y en qué ubicación. La única manera de evitar los problemas de funcionamiento de una hybrid cloud es diseñar un plan específico que debes comunicar a todos los integrantes, además de implementar un sistema eficaz de otorgación de derechos.
Lo anterior está relacionado con el segundo inconveniente principal de la nube híbrida: la relativa pérdida de seguridad. Una solución mixta nunca será tan segura como una que pertenezca exclusivamente a la empresa. No obstante, en todo caso, para asegurar el mayor nivel de protección de datos posible, debes establecer un sistema claro al respecto. Si existe el más mínimo riesgo de que los datos confidenciales caigan en las manos equivocadas, no podrás garantizar su seguridad. Por lo tanto, es necesario desarrollar y aplicar estrategias que prevengan o minimicen el riesgo de utilizar la hybrid cloud de manera incorrecta.
Además, cada empresa debe valorar si realmente necesita una nube híbrida. Si ya cuenta con su propio centro de datos, y es probable que le vaya a bastar durante los próximos años, entonces no le conviene externalizar los datos a una nube híbrida, ya que el esfuerzo no le serviría de mucho. Por el contrario, una empresa que pueda entregar sus datos a un proveedor de almacenamiento de confianza, con altos estándares de protección, no necesita su propio centro de datos o nube privada, sino que tendrá suficiente con la nube pública.