Con el cloud computing, las organizaciones intentan lograr una gestión consistente de los datos. El término “datos” lleva años en boca de todos en la política y las empresas. Los responsables de la toma de decisiones a menudo asumen erróneamente que más datos conducen automáticamente a más beneficios. Sin embargo, los datos solo son útiles si se gestionan con sensatez. De lo contrario, te encontrarás con un montón de datos no tan útiles. Sin una gestión sensata, los datos son más una carga que un beneficio.
El uso inteligente del cloud computing ayuda a aplicar soluciones uniformes en toda la empresa para almacenar y evaluar datos. Por el contrario, el uso de soluciones orgánicas aisladas puede conducir fácilmente al caos. Los diferentes enfoques de gestión de datos utilizados en paralelo tienden a acumular grandes cantidades de dark data. Estos datos, que existen fuera de los sistemas y procesos previstos, son un lastre.
En gran parte, se utilizan formatos basados en la web, interfaces de usuario y API para gestionar los datos en la nube. Estos suelen basarse en interfaces abiertas. De esta forma, queda más claro qué datos se encuentran en cada lugar y cómo se accede a ellos. Sin embargo, para una gestión óptima de los datos, es indispensable la participación de los empleados. Ninguna tecnología, por muy sofisticada que sea, puede sustituir a unos procesos bien definidos y a una buena documentación.