La infraestructura como código desempeña un papel fundamental a la hora de superar los retos que plantea agilizar el desarrollo del software. Gracias a los scripts preconfigurados, los cambios necesarios en la infraestructura se realizan a un ritmo que sería imposible de alcanzar si se hicieran manualmente. Tampoco importa si los ajustes deben hacerse en plena noche, fin de semana o día festivo. Asimismo, disminuye la posibilidad de error, especialmente en el caso de los procedimientos administrativos que se repiten a menudo, porque no se pueden cometer errores tipográficos o de introducción de datos. Además de la alta velocidad y la baja tasa de error, infrastructure as code ofrece las siguientes ventajas frente a la configuración manual:
- Alta eficiencia: la infraestructura como código automatiza la mayor parte de la administración de recursos, lo que ayuda a optimizar el ciclo de vida del desarrollo del software (SDLC, por sus siglas en inglés), es decir, de todo su proceso de desarrollo.
- Reutilización: una vez se ha escrito el código para una infraestructura, este se puede ejecutar en cualquier momento y todas las veces que se desee. Lo mismo se aplica, por ejemplo, a los entornos de pruebas durante la(s) fase(s) de desarrollo.
- Control de versiones: donde haya código, también es posible controlar las versiones, por lo que el principio de infrastructure as code permite documentar y rastrear cualquier cambio realizado en una infraestructura. Esto tiene la ventaja, entre otras, de que cualquier configuración anterior se puede restaurar sin ningún problema.
- Minimizar costes/esfuerzo: automatizar la administración de la infraestructura ahorra muchos costes y horas de trabajo que, a su vez, pueden invertirse en otros ámbitos.
La última ventaja, sin embargo, no está exenta de limitaciones. Seguro que un entorno bien programado de infraestructura como código nos ahorra costes y tiempo, pero no podemos ignorar el trabajo que conlleva diseñar e implementar este sistema. Para muchos administradores, el modelo de IaC implica cambios importantes porque resulta prácticamente imposible realizar la transición a una infraestructura automatizada o implementarla sin tener una comprensión profunda de los conceptos de arquitectura en la nube y conocimientos de lenguajes de programación como Java, Node.js, Python, etc. y del manejo de las API. Especialmente al principio, por lo tanto, hay que contar con unos costes relativamente altos y muchas horas de formación.