High Performance Computing (HPC) hace referencia a la computación de alto rendimiento. El propio nombre indica que no se trata tanto de una tecnología definida con instrumentos específicos, sino más bien de procedimientos que utilizan o ponen a disposición el rendimiento y las capacidades de almacenamiento de los ordenadores. No hay criterios fijos para la esencia de la HPC, ya que cambia con el tiempo y se adapta a las nuevas tecnologías informáticas. En general, se puede decir que las soluciones HPC se utilizan para operaciones de cálculo complejas con cantidades muy grandes de datos o para el análisis, el cálculo y la simulación de sistemas y modelos.
Por un lado, los procedimientos HPC pueden utilizarse en ordenadores individuales muy potentes. Sin embargo, por otro lado, es más frecuente encontrar la HPC en forma de nodos que forman superordenadores como clusters. Estos superordenadores son capaces de realizar cálculos paralelos de alto rendimiento con varios recursos agregados. Los primeros superordenadores HPC fueron desarrollados por el actual socio de Intel, Cray. Hoy en día, son mucho más potentes porque las complejas arquitecturas de hardware y software están conectadas mediante nodos y se pueden combinar las capacidades de rendimiento.