Cuando se implementa la aplicación de una sola página, el servidor solo pone a disposición la página web de inicio, que consiste en un solo documento HTML. Aquí se almacenan la estructura básica de la página web y el diseño definido por CSS. Además, también almacena un elemento importante para el funcionamiento de la single page application: el elemento DOM (modelo de objetos del documento). Este contiene un código escrito en el lenguaje de programación JavaScript, que garantiza la funcionalidad de la página web.
Al interactuar con el usuario (cliente), los datos en formato JSON o XML se cargan en segundo plano y son invisibles para el usuario. A continuación, se insertan de forma automática en el DOM de la página web. De esta manera, se ejecuta la lógica de presentación de la aplicación web directamente en el cliente o, mejor dicho, en el navegador. El servidor, por ende, no entrega páginas web, sino datos.
Un ejemplo de aplicación de una sola página es Twitter. Esto significa que, si el usuario quiere cargar la página de Twitter en su navegador mediante la URL, el navegador debe actuar como cliente y enviar una petición al servidor para que el usuario pueda acceder a la web. Si el usuario interactúa con Twitter – por ejemplo, para acceder a un perfil – solo se ejecuta el código de JavaScript correspondiente, omitiendo los desvíos a través del servidor. De esta manera, el contenido de la página web puede actualizarse paso a paso y, por tanto, el servidor no necesita utilizar tanta potencia para cargar las single page applications.