Cada vez más redes sociales responden a la demanda de mejores medidas de control en la difusión de fake news. Cada plataforma actúa de manera diferente al respecto.
En mayo de 2020, por ejemplo, el servicio de mensajes cortos Twitter llevó a cabo una verificación de hechos con un tweet del presidente de EEUU Donald Trump, quien había publicado afirmaciones no comprobables sobre el voto por correo.
Debido a la crisis del coronavirus y a las teorías de la conspiración surgidas en torno a ella, YouTube revisó sus políticas comunitarias ese mismo mes. Tras esto, la plataforma tiene el derecho a eliminar videos con contenido dudoso.
Por otro lado, Facebook coopera con más de 50 organizaciones de verificación de hechos. De esta manera, si las publicaciones son falsas según los criterios especificados por Facebook, se marcarán con un aviso y se mostrarán con menos frecuencia. Sin embargo, Facebook no verifica las publicaciones y los anuncios de políticos.
En junio de 2020, la Comisión Europea publicó nuevas políticas para combatir la desinformación a través de las redes sociales. En el futuro, éstas deberán proporcionar informes mensuales sobre el número, el contenido y el alcance de los mensajes engañosos y las cuentas falsas. Las redes sociales también han sido llamadas a combatir activamente las fake news con información basada en hechos.