Hasta ahora, la WWW se ha guiado principalmente por la sintaxis de la información. Para ello, los programas informáticos utilizan algoritmos que analizan índices de datos, palabras clave y consultas de búsqueda. En función de la singularidad de una consulta, los motores de búsqueda ofrecen resultados de búsqueda más o menos adecuados (SERP).
Sin embargo, es importante para los usuarios y las empresas que los programas puedan procesar la información de búsqueda y uso de la manera más eficiente posible. Por lo tanto, la web semántica no solo se guía por los términos de búsqueda y la sintaxis, sino también por valores de significado. Así, las máquinas no solo pueden encontrar contenidos, sino también comprender y distinguir su significado.
Por ejemplo, si los usuarios buscan la frase “¿Cuándo comenzó el mandato de Angela Merkel?”, los motores de búsqueda actuales no suelen dar como respuesta “el 22 de noviembre de 2005”, sino que, en función de las palabras clave, ofrecen los resultados más adecuados posibles para Angela Merkel.
En la web semántica, sin embargo, las máquinas no solo entenderían el contenido, sino también el significado de la consulta de búsqueda y proporcionarían una respuesta precisa. En la web semántica, el análisis de los significados incluye no solo los textos, sino también las imágenes, los sonidos, los números y los símbolos, es decir, todos los objetos que tienen un significado.