Parece irónico que el creador del código JavaScript Coinhive, ampliamente utilizado para el cryptojacking, afirme que Coinhive es una alternativa a los clásicos banners publicitarios. Pero la idea detrás de un código como Coinhive no es ilegal. Siempre que no se abuse de él. En principio, un código integrado en las páginas web, a través del cual los visitantes aceptan conscientemente la minería, puede ser una alternativa segura a los anuncios que conducen a webs maliciosas de estafa o phishing o al robo de datos sensibles de los usuarios.
El requisito para ello es que los visitantes de la página accedan a ofrecer una parte de su potencia de cálculo por la visita a la página web, como es el caso de las consultas con cookies. De este modo, los operadores de páginas web se financian incluso sin una alta densidad de publicidad incontrolada. Sin embargo, esto solo podría llevarse a cabo mediante normas independientes y la transparencia de los códigos de cryptomining en los proyectos web. Un ejemplo exitoso del uso legal de Coinhive fue una iniciativa de donación de UNICEF Australia, en la que se generaron donaciones a través de las visitas a la página web.