Para explicar el éxito relativamente repentino de Binance Smart Chain, hay que analizar el contexto de Ethereum. Desde 2015, este sistema de código abierto ha permitido la programación de aplicaciones descentralizadas directamente en el blockchain. Sin embargo, a partir de 2020, el sistema fue protagonista de muchos titulares al dispararse las comisiones de sus transacciones, que alcanzaron en algunos casos cotas muy elevadas. Como la red solo permite un número limitado de transacciones simultáneas por segundo, la demanda aumentó, y con ella los costes. Ethereum está trabajando en una solución para esto, pero hasta entonces, los usuarios han estado buscando alternativas equivalentes o al menos comparables, como BSC.
A principios de 2021, Binance Smart Chain se aprovechó de los principales problemas de Ethereum y se estableció como una opción alternativa bastante más barata y fiable. Esto también sucedió porque los mercados financieros descentralizados a menudo se basan en la idea de código abierto, y por ello el cambio de Ethereum a Binance Smart Chain puede llevarse a cabo de forma fluida y rápida.