Cuando se entiende un poco de informática y de Linux, usar un Raspberry Pi es muy fácil. Es por esto que suele usarse mucho para realizar experimentos y ensayos. Docker persigue el mismo propósito, ya que los contenedores son herméticos y funcionan de forma aislada y, por tanto, no pueden causar ningún daño importante al sistema.
Dado que tienen un coste mucho menor, tanto en su adquisición como en su funcionamiento, los miniordenadores también son adecuados para construir un enjambre Docker. Conectando varios Raspberry Pi entre sí, evitas crear una estructura de servidores. Cada dispositivo ejecuta su propio contenedor. Con Swarm y Compose puedes orquestar entonces los contenedores.
Los ordenadores monoplaca, como la Raspberry Pi, se utilizan cada vez más en el contexto del Internet de las cosas debido a su reducido tamaño y coste. Combinando Docker y Raspberry Pi, es posible incluso ejecutar la tecnología de contenedores en un dispositivo que nadie reconocería en primera línea como un ordenador.