Antes de configurar un mailserver en Raspberry Pi deberías ser consciente de algo. Un servidor de correo privado no es, por lo general, un simple reemplazo de un servidor de correo tal como lo encuentras en un proveedor comercial. Esto se debe, sobre todo, a que la mayoría de accesos a Internet no usan direcciones IP estáticas. Un servidor de correo ha de estar permanentemente conectado a Internet para que pueda funcionar y, para ello, los servidores profesionales recurren a una conexión que posea como mínimo una dirección estática (fija), que es la que garantiza, al no variar, que el servidor estará siempre disponible para recibir peticiones.
La mayoría de conexiones a Internet disponen únicamente de una dirección IP dinámica, lo que significa que varía constantemente, normalmente en tramos de 24 horas como máximo. Esta circunstancia limita enormemente el envío de mensajes con un servidor propio, porque el servidor de correo del receptor suele considerar a los correos enviados a través de una conexión con dirección dinámica como correo “basura”. Esto debido, entre a otras cosas, a que los creadores de correo spam suelen enviarlo desde direcciones dinámicas para evitar su localización. Estos correos, enviados desde un ordenador con su dirección IP dinámica, a menudo no han sido siquiera enviados por su propietario, sino que son consecuencia de un malware que ha hallado el camino para colarse en él. En consecuencia, muchos filtros de spam de servidores de correo suelen desconfiar de direcciones no estables, de ahí que una conexión con dirección IP dinámica no esté del todo indicada para conectar un servidor de correo.
En este sentido, el mailserver de Raspberry Pi que te presentamos en nuestro tutorial no representa un servidor de correo al uso, pero con algunas reestructuraciones y, en según qué circunstancias, un coste adicional, es posible convertirlo en un servidor de correo convencional.