Cloud native: explicación fácil

La computación en la nube ha dejado de considerarse una de tantas modas pasajeras en el mundo del desarrollo de software: para muchas empresas, la nube se ha convertido en el motor de una digitalización necesaria que hace posibles nuevos modelos de negocio y aumenta la competitividad. Existe un modelo de desarrollo que se adapta a la infraestructura informática de la nube, con el que los equipos de DevOps se aseguran de que todas las aplicaciones se diseñen para funcionar correctamente en ese entorno. Muchos informáticos consideran este enfoque, denominado cloud native, el futuro del desarrollo de software. En los siguientes apartados, te presentamos la definición de nativo en la nube, así como las ventajas y características especiales de este concepto.

¿Qué es cloud native?

Las estructuras de la computación en la nube ofrecen a las empresas muchas ventajas. Entre ellas destacan, sobre todo, la fácil escalabilidad de los servicios de TI, la flexibilidad organizativa, el acceso independiente de la ubicación y la reducción de los costes de hardware. Para aprovechar al máximo estas ventajas, se requieren aplicaciones especialmente diseñadas para la nube y capaces de funcionar correctamente en ese entorno. Aquí es donde entra en juego el modelo de desarrollo del cloud native. Este enfoque se centra en el desarrollo de aplicaciones en forma de microservicios independientes que no se ejecutan on-premises (en la ubicación), sino en plataformas dinámicas basadas en contenedores.

Definición

Cloud native: El término de cloud native (en español, nativo en la nube) designa un modelo de desarrollo de software según el cual las aplicaciones se diseñan para ejecutarse en la nube desde el principio. El resultado son aplicaciones nativas en la nube o NCA (del inglés native cloud application), capaces de aprovechar al máximo todos los puntos fuertes de la arquitectura de la computación en la nube.

¿En qué consiste el cloud native?

El enfoque de nativo en la nube se basa en cuatro pilares que se entrecruzan y dependen unos de otros. En el aspecto técnico, existen microservicios y tecnologías de contenedores que se han desarrollado especialmente para el entorno de la nube y son aspectos fundamentales del concepto de nativo en la nube. Cada microservicio cumple exactamente una función y se combina con todos los elementos necesarios para ejecutarse correctamente en un contenedor. Los contenedores son portátiles y ofrecen a los equipos de desarrollo un alto grado de flexibilidad, por ejemplo, al comprobar la funcionalidad de nuevos servicios.

El aspecto estratégico lo conforman los procesos de DevOps y el modelo de la entrega continua. A la hora de diseñar una arquitectura nativa en la nube que funcione correctamente, no solo están directamente involucrados los equipos de desarrollo (Dev, de development), sino también los de operaciones (Ops, de operations). Las buenas aplicaciones cloud native se crean en estrecha colaboración entre todas las partes implicadas. Como parte de una cultura ágil de DevOps, se busca la mejor solución para el usuario final desde el principio: manteniendo una comunicación constante con el cliente, el equipo de desarrollo va añadiendo ciertas características a un microservicio, que se validan automáticamente a través de procesos de entrega continua.

Características de las aplicaciones cloud native

Una característica típica de las aplicaciones nativas en la nube es que consisten en varios servicios individuales, los llamados microservicios, que apenas están vinculados entre sí y son independientes unos de otros y de la correspondiente infraestructura. La comunicación entre ellos se lleva a cabo a través de API (interfaces) estandarizadas que permiten que el usuario final tenga la sensación de interactuar con una sola aplicación. Así, los servicios se diseñan de tal manera que también podrían formar parte de otra aplicación. Esto implica que los microservicios puedan combinarse y copiarse libremente en otras aplicaciones y reutilizarse si es necesario.

Otra característica de los servicios nativos en la nube es que se comportan de manera muy predecible y se ejecutan con un alto grado de automatización. A diferencia de las aplicaciones on-premises, que se operan en entornos de servidor clásicos, el rendimiento de las aplicaciones cloud native se adapta con precisión a las necesidades del momento. De esta manera, para aumentar el rendimiento, nunca es necesario escalar la aplicación como un todo: dependiendo de los requisitos actuales, cada microservicio se actualiza independientemente uno de otro. Estos procesos suelen ejecutarse automáticamente a través de desencadenantes definidos con anterioridad (eventos desencadenantes).

Con el software on-premises convencional, implementar cada actualización en el servicio en cuestión suele conllevar un tiempo de inactividad, un problema que no tienen las aplicaciones nativas en la nube. La arquitectura cloud native permite al equipo de desarrollo implementar cambios, como nuevas funciones de productos, en tiempo real. Esto significa que las novedades están disponibles para los usuarios inmediatamente después de introducir el código. En caso de algún error de servicio o infraestructura, también existen ciertos mecanismos de recuperación que funcionan de manera distribuida y aseguran que no los usuarios no se vean afectados de manera notable.

Consejo

En nuestra comparativa del software on-premises y en la nube, presentamos las principales similitudes y diferencias entre ambos tipos de soluciones.

¿Qué ventajas ofrece el cloud native?

La principal ventaja del enfoque nativo en la nube es su flexibilidad. Como todos los servicios se ejecutan independientemente del entorno y los contenedores de los microservicios también son muy portátiles, los desarrolladores gozan de mucha libertad. Por ejemplo, es posible iniciar o detener varias instancias de un contenedor, lo cual resulta especialmente conveniente en las fases de prueba y desarrollo. A diferencia de una arquitectura monolítica, los cambios en el código de cada microservicio no afectan a todo el software. De este modo, se reducen los posibles riesgos a la hora de lanzar nuevas versiones.

Otra gran ventaja se deriva de la propia escalabilidad de las aplicaciones, lo que implica que las empresas no tengan que llevar a cabo costosas actualizaciones de hardware a medida que aumentan los requisitos de un servicio. Como los servicios no están vinculados a un sistema operativo o hardware concreto, tampoco existe un vínculo fijo con un único proveedor. Las aplicaciones nativas en la nube pueden ejecutarse en cualquier plataforma, de modo que la empresa puede elegir el proveedor que ofrezca la relación calidad-precio más razonable y cumpla con los requisitos correspondientes.

El hecho de que las actualizaciones y los cambios se reflejen de inmediato en la arquitectura nativa en la nube permite a las empresas reaccionar lo más rápido posible a los requisitos de los clientes y del mercado. El alto grado de automatización, que se logra a través de soluciones de orquestación como Kubernetes, también minimiza los errores humanos y operativos. La rápida disponibilidad, la fácil escalabilidad, el ahorro de costes y el relativamente buen grado de fiabilidad dan como resultado una ventaja competitiva decisiva para las empresas.

En resumen

Con los numerosos beneficios que puede brindar el cloud native a los equipos de DevOps, es solo cuestión de tiempo que esta forma de desarrollo de software se imponga por completo. Sobre todo, la capacidad para adaptarse rápidamente a los cambiantes requisitos del mercado y las innovaciones tecnológicas es lo que convierte al cloud native en el modelo de desarrollo del futuro.