Tarjeta de crédito
El pago con tarjeta de crédito es la posibilidad más cómoda de entre todas las que permiten pagar online. En términos generales, durante el proceso de pago el cliente debe incluir diversos datos en el formulario de pedido, esto es, la entidad expedidora de la tarjeta de crédito, el número de tarjeta y el número de seguridad. El comerciante retira de la entidad financiera el importe que aparece en la factura y, a continuación, efectúa el envío del pedido. En caso de que esté incompleto o defectuoso, el comprador puede conseguir que la entidad expedidora de la tarjeta de crédito le devuelva el importe abonado. Lo mismo ocurre en caso de que no se reciba ninguna mercancía.
Prácticamente todas las tiendas online ponen este método de pago a disposición de los clientes debido a los escasos problemas que genera a la hora de tramitar pagos. Puesto que conlleva la transmisión de datos bancarios sensibles a través de Internet, en este caso se presentan los mismos riesgos y medidas de seguridad que en el pago por domiciliación bancaria. Por ello, es recomendable que los números de la tarjeta se transmitan únicamente de manera cifrada. Asimismo, los clientes de las tarjetas de crédito siempre están en el punto de mira para los estafadores de Internet que intentan acceder a datos sensibles a través de métodos de phising. Por otro lado, con esta posibilidad de pago los administradores de las tiendas online se enfrentan al reto de tener que guardar los datos de los clientes de manera segura. Los medios de comunicación informan de casos en que los hackers han accedido a las bases de datos de grandes tiendas online; u otros donde trabajadores transmitían datos sensibles a terceros.