Para explicar cómo funciona una caché, tomemos una analogía de la medicina: imagina que, durante un tratamiento dental o una intervención quirúrgica, el dentista pide a su ayudante un recurso, como un bisturí, un desinfectante o un vendaje. Si el recurso está preparado, el auxiliar podrá responder a la solicitud inmediatamente. Si no lo tiene, el ayudante deberá buscar en el botiquín para entregarle el recurso al médico. Después de que el médico lo use, el auxiliar dejará el recurso preparado para poder acceder a él más rápido después.
Los recursos no se usan de forma completamente independiente: si el médico pide un desinfectante, sin duda necesitará una gasa; para usar una aguja, se necesita un hilo. El asistente tendrá listos los recursos necesarios para minimizar el tiempo de acceso durante el uso.
Como has visto, mantener a mano los recursos que se necesitan a menudo o agrupar los que se usan a la vez es un procedimiento muy útil y extremadamente común. En el mundo digital, todos estos procesos relacionados se resumen bajo el término caching.