La categorización en RAID de software o de hardware puede dar una idea equivocada de en qué consisten estos dos tipos de matrices de discos duros. Para su funcionamiento, ambas variantes necesitan software; los términos hacen referencia únicamente al tipo de implementación.
En los RAID por hardware, la organización de los dispositivos de almacenamiento individuales recae en un hardware especial y potente, también llamado controladora RAID. Esta controladora se instalará, o bien en la torre del ordenador o en una matriz de discos (“disk array”), en la que también se alojan los discos duros. Esta última variante es la preferida por los centros de procesamiento de datos, donde los sistemas externos suelen utilizarse bajo las denominaciones DAS (Direct Attached Storage), SAN o NAS. La gran ventaja de una organización de RAID por hardware es el excelente rendimiento, que se traduce, entre otras cosas, en una elevada velocidad de transferencia de datos.
En un RAID por software, un software que se ejecuta directamente en la CPU del host asume la gestión de la cuota de almacenamiento. Por esta razón, también se conoce como sistema RAID basado en host. Los sistemas operativos comunes como Windows (a partir de NT) o las distribuciones de Linux proporcionan los componentes necesarios para este RAID, que, en comparación con la alternativa de hardware, es mucho más barato y rápido de configurar. Los inconvenientes de este sistema son la alta carga de CPU para el host y la falta de independencia de la plataforma. Además, el rendimiento también es peor, ya que los accesos al disco no pueden regularse de manera tan elegante como con una controladora RAID: