En principio, el e-procurement es entendido como la realización digital del aprovisionamiento. Esto significa que no es necesario recurrir a formularios de compra impresos o a catálogos y listas de precios en papel y la comunicación con los proveedores tiene lugar principalmente por vía digital. En el proceso del e-procurement, las empresas recurren a software que permite desarrollar procesos de trabajo con mayor efectividad en el marco de las compras. Sin embargo, no está muy claro todo lo que abarca el electronic procurement, puesto que, por ejemplo, antes de que existiera Internet, para las compras sí se recurría al procesamiento electrónico de datos (PED), pero en la mayoría de los casos aún se utilizaban recursos analógicos. Por lo tanto, es difícil establecer una delimitación exacta.
Hoy resulta decisivo para el e-procurement que los procesos estén perfectamente entrelazados entre sí. Lo ideal es que, tanto por parte de los proveedores como de las empresas que compran, los sistemas trabajen sin ningún tipo de problema, porque es así como las empresas pueden comprobar, por ejemplo, si el proveedor correspondiente tiene el producto deseado en stock y si el suministrador ha recibido el pedido final en su aparato logístico.
Para comunicarse, ambas partes utilizan, en su mayoría, Internet. Algunas empresas prefieren recurrir a su propia red extranet para garantizar una seguridad mayor de los datos. En estos casos los socios comerciales pueden, por ejemplo, acceder a la intranet de los otros a través de una conexión VPN, pero los datos se transmiten a través de un túnel IP.