La firma para el correo electrónico puede incluir el eslogan de la compañía e incluso puede hacer referencia a ofertas, aunque hay que tener en cuenta que el objetivo principal de la firma es proporcionar información de contacto. Sin embargo, no se debería abusar del receptor convirtiendo la firma en una plataforma publicitaria. Se pueden incluir, si conviene, anuncios actuales o las fechas para las vacaciones.
Otro elemento de contenido muy extendido es el denominado disclaimer, un aviso legal que, en castellano, sería algo similar a esto:
“Este correo electrónico contiene información legal confidencial y privilegiada. Si usted no es el destinatario a quien se desea enviar este mensaje, tendrá prohibido darlo a conocer a persona alguna, así como reproducirlo o copiarlo. Si recibe este mensaje por error, notifíquelo de inmediato al remitente y deséchelo de su sistema.”
Este texto, en esta forma o en alguna de sus variaciones, sigue el ejemplo del aviso legal estadounidense, pero en el entorno español, este no tiene ningún valor legal. Con él, el emisor de un correo no se asegura ningún derecho legal que ya no esté cubierto por la legislación vigente.
Incluir un enlace a la política de privacidad de datos y al aviso legal en la página web de la empresa sería suficiente.