Pero incluso si un ordenador no está en peligro, es muy útil tener preparada una imagen de Windows para proteger los datos en un medio de almacenamiento masivo como un USB (aunque también se podría usar un disco duro externo).
Además, un booteable USB también puede utilizarse para actualizar Windows 7 o 8 a Windows 10 en caso de que no se hubiese actualizado automáticamente como es debido. Si el sistema operativo se ha vuelto muy lento debido a la cantidad de datos inservibles acumulados, se puede proceder a su reinstalación con este USB.
Los expertos en computación y profesionales de IT utilizan este USB de arranque como sistema operativo portable (en Microsoft este concepto se conoce con el término “Windows2Go”). Gracias a él el propio sistema operativo se puede usar en otro ordenador sin necesidad de instalarlo: el usuario puede usar su versión favorita de Windows, utilizar sus herramientas preferidas y acceder a archivos personales en otros equipos, incluso si estos tienen otro sistema operativo (no importa cuál), lo que proporciona más comodidad y seguridad. Por un lado, el usuario no tiene que estar accediendo continuamente a la nube para usar los archivos más importantes, sino que trabaja en su entorno de trabajo habitual y, por otro, se protegen los propios archivos en caso de que el equipo en el que se esté trabajando cuente con un keylogger para guardar contraseñas o esté infectado de virus.
Por tanto, las posibles aplicaciones de un USB booteable son las siguientes:
- Arrancar el sistema en caso de una urgencia en el PC
- Usar un sistema de rescate para reparar el PC
- Almacenar una imagen del sistema operativo
- Actualizar un sistema operativo a Windows 10
- Realizar la instalación “limpia” del sistema operativo
- Usar un sistema operativo propio en un ordenador ajeno