En los protocolos TCP y SCTP encontramos tres importantes puntos en común: ambos protocolos requieren una conexión entre ambas partes, ofrecen un mecanismo para el control de la congestión y son, además, fiables, ya que ambos se aseguran de que los paquetes lleguen al receptor sin sufrir pérdidas. El protocolo UDP, en cambio, no ofrece tal garantía, al no utilizar mensajes de confirmación. A cambio, el protocolo UDP ahorra a la aplicación tener que marcar sus propios conjuntos de datos (para delimitar los límites de cada paquete), puesto que no está basado en bytes, sino en mensajes, una ventaja que también ofrece el protocolo SCTP.
Esta flexibilidad convierte al protocolo SCTP en la mejor solución para sistemas de transmisión de voz como VoIP (voice over IP). Además, el SCTP tiene la ventaja de soportar multistreaming y multihoming (tolerancia a fallos en lugar de hosts alternativos), algo que no se puede decir ni del UDP ni del TCP. Por si fuera poco, el Stream control transmission protocol garantiza, gracias al handshake de cuatro vías (incluyendo la cookie de autenticación) y a la etiqueta de verificación obligatoria en la cabecera de cada paquete enviado, una mayor seguridad que los otros dos protocolos de transporte.