Naturalmente, las cosas no siempre van tan bien. Constantemente se dan casos en que un usuario incapacitado legalmente para hacerlo, por minoría de edad, por ejemplo, o sin quererlo -quizás habiendo hecho clic donde no debía- ha celebrado un contrato online. ¿Qué pasa en estas ocasiones? ¿Aún tiene validez este contrato? ¿En qué situaciones puede dar marcha atrás un comprador y cuándo está obligado a aceptar y a pagar el pedido?
Caso 1: el comprador es menor de edad
El artículo 1263 del Código Civil define que ni los menores no emancipados ni aquellas personas incapacitadas pueden celebrar un contrato. En caso de celebrarse, si los padres o tutores no dan su consentimiento, es nulo. Esto quiere decir que todos aquellos menores de 18 años que no estén emancipados, y por emancipación se entiende la derivada del matrimonio o la concesión de quienes ejerzan la patria potestad o por orden judicial, han de contar con el beneplácito de sus padres o tutores para poder celebrar un contrato de compra y venta online.
El vendedor, en este caso, no tiene derecho a indemnización por daños y perjuicios en el caso de que se hayan originado gastos de envío y embalaje, por ejemplo, de la misma forma que si el menor de edad hubiera falsificado sus datos personales en el registro.
Caso 2: el comprador proporciona datos erróneos
Las personas cometen errores, también en las compras por Internet. Mientras se piensa que se ha tecleado un 1, en realidad se ha tecleado un 11 y, de pronto, en lugar de un artículo, se han pedido 11 a la vez. Por suerte, el comprador tiene la posibilidad de impugnar su decisión y cancelar el pedido en un plazo de 14 días naturales, lo que, en derecho civil, se conoce como derecho de desistimiento y se encuentra recogido por el Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16 de noviembre, en el capítulo 2:
“Artículo 68, Contenido y régimen del derecho de desistimiento
1. El derecho de desistimiento de un contrato es la facultad del consumidor y usuario de dejar sin efecto el contrato celebrado, notificándoselo así a la otra parte contratante en el plazo establecido para el ejercicio de ese derecho, sin necesidad de justificar su decisión y sin penalización de ninguna clase.
(…)
Artículo 71, Plazo para el ejercicio del derecho de desistimiento
1. El consumidor y usuario dispondrá de un plazo mínimo de catorce días naturales para ejercer el derecho de desistimiento.”
El vendedor podría, sin embargo, tener derecho a indemnización si, mediante este pedido se hayan ocasionado gastos innecesarios de envío o de embalaje. En este caso, el comprador podría estar obligado a pagarlos.
Hay excepciones, por otro lado, en el caso de que el pedido se deba a una negligencia del vendedor. Este sería el caso, por ejemplo, de un formulario de pedido confuso, de uno diseñado de forma poco clara o de la posibilidad inexistente de corregir los datos introducidos fueran la causa del error en el pedido. Los últimos puntos se incluyen entre las obligaciones de los comerciantes en cuanto a la comunicación electrónica (ver más abajo).
Caso 3: el vendedor proporciona datos erróneos
También el vendedor puede equivocarse a la hora de publicar información en su tienda online o el software que utiliza puede ocasionar errores en la comunicación de los precios. Sin embargo, solo porque un artículo caro se venda, por error, a un precio más bajo de lo habitual no da derecho al comprador a adquirirlo pues, como se describió más arriba, la mera presentación de la mercancía en la página no es una oferta vinculante. Si el precio que se muestra es erróneo, el comprador no tiene ningún derecho a recibirla a ese precio. Si el vendedor, en cambio, acepta la oferta del comprador y consiente el contrato enviando la mercancía a ese precio, se celebra un contrato online válido (art. 23 de la Ley 34/2002, de 11 de julio).