La suite ofimática libre por excelencia es LibreOffice, descendiente del popular Open Office al escindirse un grupo de sus desarrolladores y configurar la Document Foundation, encargada hoy de su supervisión y que cuenta, entre otros, con el apoyo de Google, Intel o la Free Software Foundation. Protegida por una licencia dual LGPLv3 (GNU Lesser General Public License) y MPL para nuevas contribuciones, esta es quizá la alternativa a Powerpoint de mayor presencia a nivel cotidiano. La suite de LibreOffice guarda notables similitudes con su rival de la casa Microsoft, que cuenta con más recursos de desarrollo y soporte, de forma que la gran mayoría de usuarios pueden utilizar este software para redactar, editar, calcular o realizar presentaciones sin echar en falta las herramientas fundamentales.
Las diferencias entre ambos programas son más bien mínimas y se limitan a pequeños detalles, como, por ejemplo, la facultad de exportar la presentación en formato de vídeo o de utilizar diagramas animados, entre otras. Lo mismo ocurre con su interfaz, muy clara y limpia, mientras que en el caso de Powerpoint se basa en la conocida cinta+ de herramientas que no convence a todo el mundo. Como ocurre en muchas ocasiones, algunas carencias se suplen mediante la descarga de una extensión. Es el caso, por ejemplo, de la extensión para integrar diagramas Smart Art en la presentación o de la extensión ODFdiff para comparar presentaciones. En las funciones principales, Impress constituye una digna alternativa a Powerpoint que en su última versión (5.2) ha visto pulir y añadir algunas características que hacen a la herramienta mucho más precisa y fácil de usar.
El software permite, además de diseñar dibujos y diagramas e incluir animaciones, convertir texto en imágenes en 2D o 3D y, al contrario que MS Powerpoint 2016, exporta a XHTML, HTML, Flash (SWF) y a los formatos de vectores SVG y EPS. También se diferencia con su gran rival en las transiciones en 3D, que en este caso también se pueden realizar con sistemas Linux, además de con Windows y macOS. Las presentaciones pueden tener una longitud de 12 páginas frente a las 9 de Powerpoint pero, y quizá este sea el mayor obstáculo a nivel laboral, no permite el trabajo colaborativo. En su wiki la Document Foundation ha elaborado una exhaustiva lista de diferencias entre el software libre y de pago.
La comunidad de soporte de LibreOffice, dedicada e incansable a la hora de mantener y desarrollar el código, es, sin duda, un argumento de peso para prescindir de Microsoft, algo que comparte con el software libre. En el apartado Documentación de su página web oficial se incluyen manuales de uso descargables para los programas que integran la suite open source, entre ellos, el de Impress, lo cual supone una gran ayuda para iniciarse.
En definitiva, las carencias de esta alternativa a Powerpoint pasan desapercibidas para la gran mayoría de usuarios, que pueden seguir diseñando y presentando trabajos atractivos y de gran calidad que no requieren la enorme cantidad de funciones presentes en la gran suite de pago. Esta, por su parte, incluye prestaciones y opciones de diseño más amplias que justifican su adquisición en el entorno corporativo.
En la página web de LibreOffice puedes descargar tanto la suite completa como las extensiones o los paquetes de idiomas que necesites.