En una red las direcciones IP se usan para que los participantes puedan comunicarse entre ellos. Gracias a este sistema, los paquetes de datos que se envían por TCP/IP alcanzan su destino sin problemas. Esta pareja de protocolos, Transmission Control Protocol (TCP) eInternet Protocol (IP), constituyen uno de los pilares fundamentales de Internet, pero también se utilizan en redes locales. El protocolo de Internet se encargaría en ellas de permitir dirigirse a los participantes en la red con ayuda de una máscara de subred.
La asignación de direcciones IP públicas, estas son, a las que se accede en Internet, está regida por una organización internacional, la conocida como Internet Corporation for Assigned Names and Numbers (ICANN). La ICANN se ocupa también del Domain Name System (DNS), es decir, de la adjudicación de nombres de dominio, si bien ciertos rangos están reservados para fines especiales como el que nos ocupa, por ejemplo, el bloque de direcciones de 127.0.0.0 hasta 127.255.255.255. Muchos discuten por qué especialmente este intervalo y no otro y, aunque no hay información concluyente, es posible acercarse a una respuesta.
Hasta los años 90 del siglo XX, las direcciones IP de Internet se dividían en diferentes clases. La primera clase (clase A) empezaba por 0.0.0.0, dirección que permanece reservada, y terminaba en 127.255.255.255. 127 era, por tanto, el último bloque dentro de la red de clase A. Este puesto prominente podría ser el motivo por el que se seleccionó.
Dentro de este rango se puede construir una red local o localnet. Pero lo que le hace especial no es solo que haya sido reservado por la ICANN, sino que las direcciones IP no se asignan de forma única, como suele ser lo habitual. ¿Cómo es posible?