Progressive web apps no solo es una palabra de moda, sino que con ellas, los desarrolladores se adentran en un territorio técnico inexplorado. Continuar desarrollando las aplicaciones web “normales” trae consigo un potencial completamente revolucionario, donde el componente progresivo hace referencia a la habilidad de las aplicaciones de adaptarse al contexto en que se utilizan, lo que significa, en última instancia, que cuanta más capacidad aporten el terminal y el navegador empleados, más capacidad puede desplegar una PWA.
Si se abre en un ordenador de escritorio o en un portátil, una aplicación progresiva se comporta como una aplicación web habitual, pero si se abre con un smartphone o una tablet, se presenta como una nativa. En función de las prestaciones del terminal es posible, entonces, que la aplicación utilice funciones nativas, como son la cámara, el micrófono, las notificaciones push o el GPS.
Las ventajas de las progressive web apps son obvias y prometedoras, pues no requieren descargarse e instalarse, se actualizan automáticamente cada vez que se abren, suponen un ahorro de recursos, no dependen necesariamente de la conexión a Internet y su carácter multiplataforma permite probarlas online antes de enraizarlas en el dispositivo. Sin duda, el tiempo de respuesta de la aplicación también constituye un factor relevante pues, si hasta el momento eran las aplicaciones nativas las más ventajosas en look and feel, hoy las PWA ya están preparadas para mostrar un rendimiento equiparable.
Desde la perspectiva del desarrollo y dado que solo hay que programar una aplicación que puede actuar de sitio web y aplicación multiplataforma, el ahorro de trabajo y coste que supone la creación de una PWA es otro componente a favor que beneficia tanto a proveedores como a usuarios. Sin embargo, lo que aún falla es el soporte de todas las funciones nativas de los dispositivos móviles. A nivel de funcionalidad, las PWA solo pueden hacer la seria competencia a las aplicaciones nativas si pueden utilizar las posibilidades de un dispositivo de una forma parecida, incluso aunque no puedan equipararse con las nativas en cuanto a sus opciones de empleo.
Lo que sigue siendo esencialmente problemático es la carente disposición por parte de Apple de apoyar este formato. Los navegadores de los mayores proveedores (Google, Mozilla, Microsoft, Opera) van a apostar intensamente por una mayor compatibilidad del formato abierto PWA con sus productos. Apple, en cambio, al sacar provecho del aislado sistema de aplicaciones para las plataformas iOS y macOs y su App Store, muestra comprensiblemente menos interés en el proyecto.
El futuro dirá si las aplicaciones progresivas podrán competir realmente con las nativas, aunque las opciones se prevén buenas a la vista de los renombrados apoyos con los que cuenta. Sin embargo, la cuestión de la plena compatibilidad del formato PWA en los sistemas operativos y navegadores de Apple queda abierta. Si bien también es cierto que, en caso de que el novedoso formato obtuviera atención y apoyo por parte de desarrolladores y usuarios en el futuro, podría ocurrir que la reticencia de Apple retrocediera paulatinamente, pues, por lo general, ningún global player puede permitirse el lujo de cerrarse las puertas de una tecnología avanzada y cosechadora de éxitos.