Entre los paradigmas de programación de software, la programación imperativa (del latín imperare, ordenar) se considera el paradigma clásico. Los primeros lenguajes de programación y, por extensión, también los primeros programas informáticos, se basaban completamente en este enfoque, que prevé una secuencia regularizada de órdenes o instrucciones determinadas. Este paradigma de programación es la base, por ejemplo, de los veteranos lenguajes Pascal y C, así como de todos los lenguajes ensambladores, entre otros. En la programación imperativa, el centro de atención radica, entre otras cosas, en trabajar lo más cerca posible del sistema. Como consecuencia, el código de programación resultante es fácil de comprender y, a la vez, muy abarcable.
La programación estructurada, la procedimental y la modular son tres enfoques adicionales subordinados al paradigma de programación imperativa para escribir y estructurar código software.