En la siguiente página se muestran numerosas posibilidades de configuración. El proyecto se configura en seis categorías. Supongamos que estás escribiendo un programa en Java y deseas utilizar integración continua. En primer lugar hay que ocuparse de la configuración del origen del código fuente. El programa de ejemplo se encuentra en un repositorio Git de tu terminal (si bien es posible conectar Jenkins, por ejemplo, con GitHub). Introduce, por tanto, el nombre de dicho directorio en la opción “Git”. También puedes trabajar con una subversión.
En el siguiente paso, elige el disparador de ejecución o build trigger, con el que se determina las situaciones en las que Jenkins debe iniciar un build. Esto es posible, p. ej., a través de un script especial de otro programa, una vez se haya ejecutado otro build o de manera regular en determinados intervalos de tiempo. También puedes desencadenar un build manualmente, como también haremos en el ejemplo.
El entorno de ejecución, que Jenkins te permite configurar, incluye varias opciones en lo que a los builds respecta, por ejemplo, ¿debe interrumpirse el proceso cuando este se bloquea? o ¿se desea imprimir una marca de tiempo en la consola? Ninguna de las opciones es obligatoria.
Finalmente se llega a la opción de ejecutar o build: aquí puedes determinar con qué se va a construir tu programa. Dado que en la selección estándar de plugins ya se han integrado conexiones a Ant y Gradle, puedes elegir uno de estos programas. Sin embargo, también es posible recurrir a líneas de comandos sencillas. Elige la opción para comandos en lote y deja que el programa compile: