Lo ideal es calcular el precio de venta durante la elaboración del plan de negocio. La base debe ser un cálculo preciso, mediante el cual determines el precio perfecto para tu oferta a partir de ciertos factores.

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Cálculo de precios paso a paso

Hay muchos factores que influyen en el cálculo del precio. Además de los costes de adquisición y de producción, la situación del mercado y de la competencia también juega un papel decisivo. ¿Cuánto piden empresas similares y cuánto está dispuesto a pagar el cliente?

Paso 1: análisis del público objetivo

Primero, debes centrarte en quienes finalmente pagarán el precio calculado: tus potenciales clientes. En el marco de la investigación de mercado, analiza para quién es relevante tu producto y destaca las características de este grupo. Las características como el género, la edad, el estado civil, los ingresos, la profesión, el nivel educativo, así como los intereses y deseos, describen a tu público objetivo. Con base en estas características, puedes estimar cuánto dinero tienen disponible los posibles compradores para tu producto y cuánto estarían dispuestos a pagar.

Tanto las encuestas al público objetivo como la realización de análisis de ventas anteriores te permiten aproximar la disposición del público a pagar un determinado precio. En este contexto, resultan especialmente interesantes las razones dadas por los encuestados y las opiniones de los clientes. Con la información recabada se establece entonces un margen de precios dentro del que fijar el precio final. La amplitud o el detalle de esta encuesta dependerá de los medios disponibles. Muchos emprendedores y pymes no tienen medios suficientes para realizar una encuesta a gran escala, pero basta con 10 o 20 sujetos bien elegidos para obtener información relevante.

Consejo

No estás “solo ante el peligro” con el estudio de mercado: los llamados milieus de Sinus, una clasificación de segmentos de consumidores creada por el instituto alemán Sinus, permiten hacerse una idea de los diferentes públicos objetivos que existen.

Paso 2: análisis de la competencia

Una vez que ya sabes cuánto están dispuestos a pagar, en teoría, tus potenciales clientes por el nuevo producto, es hora de reunir y evaluar información sobre la competencia. Nadie ofrecerá exactamente el mismo producto o servicio, puesto que llevar la misma idea al mercado no tendría sentido. Sin embargo, sí habrá ofertas de productos o servicios muy similares. ¿Cuánto piden estos otros proveedores? También es interesante conocer su relación calidad-precio, en la cual no solo influye el producto en sí, sino también los servicios adicionales, como pudiera ser, por ejemplo, una línea de atención al cliente.

Consejo

Con el análisis de la competencia también se puede comprobar si el margen de precios establecido tras la encuesta a potenciales clientes es realista o no. Puesto que la competencia también se dirige a la misma clientela, el margen establecido no debería diferir mucho del rango de precios observado.

Paso 3: cálculo de costes

Al calcular precios hay que comprobar, naturalmente, si un determinado precio cubre realmente todos los gastos originados. Los costes totales incluyen diversos tipos de gastos:

  • Costes de material: para fabricar un producto suelen necesitarse materias primas, material de trabajo y materiales auxiliares.
  • Costes de producción: se incluyen tanto el sueldo de los trabajadores como los costes de las máquinas y del almacenamiento.
  • Costes de desarrollo: el desarrollo del producto o del servicio ha costado tiempo y dinero. Sin embargo, los expertos recomiendan no incluir estos costes en el precio, ya que lo aumentarían demasiado.
  • Costes de servicio: no solo la prestación del servicio en sí, sino también el asesoramiento y el transporte generan costes adicionales.
  • Costes de distribución: los costes de marketing y de distribución deben incluirse en el cálculo del precio.
  • Costes de administración: la contabilidad, por ejemplo, también genera costes entre bambalinas.
Consejo

Dependiendo del tipo de empresa, unos costes pesarán más que otros. Si ofreces, por ejemplo, un servicio, los costes de material serán mucho más bajos que los de una empresa de producción.

Los diferentes tipos de costes pueden clasificarse, a grandes rasgos, en dos grupos. Por un lado, tenemos los costes variables, es decir, los que genera cada unidad que se fabrica. Suele ser el caso de los costes de material: por ejemplo, cuando se quiere saber cuántos tornillos necesita un mueble. Por otro lado, están los costes fijos, que no derivan de un producto en concreto, sino que se dividen entre todos los productos o servicios ofrecidos. El coste de adquisición y de funcionamiento de una sierra, por ejemplo, se dividirá entre todas las mesas que se fabriquen con ella.

Si se suman los costes variables y se adjudica a cada unidad su parte de los costes fijos, se obtiene el precio de coste del producto o servicio.

Nota

Si lo que se ofrecen son servicios, el precio calculado será probablemente una tarifa por horas. También en este caso deben incluirse todos los gastos que hacen posible la prestación del servicio, contando con los días de vacaciones o de baja en los que no se generarán ingresos, que han de ser compensados también en el precio por hora.

Paso 4: calcular precio de venta con margen

Puesto que no se trata simplemente de pedir un precio que cubra los costes del producto o servicio, sino uno que también genere ganancia, hay que escoger un margen de beneficios. Muchos emprendedores cometen el error de adherirse demasiado al margen típico del sector. Al hacerlo, en muchos casos se sacrifica innecesariamente un precio más alto que los clientes sí estarían dispuestos a pagar. Si ya se ha averiguado en el primer paso cuánto dinero está dispuesto a pagar el cliente potencial, se puede estimar con bastante certeza cuánto se puede aumentar el precio final a partir del precio de coste.

Paso 5: descuentos

Define tu lista de precios de manera que genere beneficios incluso si se hacen descuentos en el futuro. Para que una rebaja espontánea no acabe con el beneficio, añade ya la diferencia del descuento cuando establezcas el precio. También se debería cargar desde el principio el descuento por pronto pago, es decir, el que se hace si el cliente paga el servicio o producto antes de determinada fecha. Mientras que los descuentos convencionales varían entre el 5 % y el 50 %, el descuento por pronto pago suele ser del 2 % o el 3 %.

Cómo calcular el precio de venta de un producto

Ahora queremos ilustrar todos los pasos mencionados y realizar un cálculo concreto a modo de ejemplo. Imaginamos una empresa que ha desarrollado una innovadora silla de un material que hasta ahora nunca se había utilizado para este propósito. Mediante el análisis de su público objetivo, la creadora ha descubierto que los clientes potenciales reaccionan positivamente y están dispuestos a pagar hasta 100 euros por unidad. El análisis de mercado ha revelado que los precios de la competencia para sillas de alta calidad van desde los 80 hasta los 120 euros.

Ya se puede pasar a calcular los costes, sumando todos los factores individuales. En este proceso, el papel principal lo desempeñan las materias primas. Además de la fundadora, hay dos trabajadores produciendo las sillas. A eso se añaden los costes de maquinaria, las instalaciones de producción y de almacenamiento, el trabajo administrativo, la logística y el marketing, resultando en el precio de coste. A este se le suma un margen de beneficio del 35 % y un posible descuento del 15 %. Nuestra empresa está empezando y por eso quiere atraer clientes con precios bajos.

Concepto Precio
Costes directos de material 22,00 EUR
+ Costes fijos de material 6,00 EUR
= Costes de material 28,00 EUR
+ Costes variables de producción 13,00 EUR
+ Costes fijos de producción 8,50 EUR
= Costes de producción 49,50 EUR
+ Costes fijos de administración 8,00 EUR
+ Costes fijos de distribución 3,50 EUR
= Precio de coste 61,00 EUR
+ Margen de beneficio: 35 % 21,35 EUR
= Total 82,35 EUR
  • Descuento: 15%
12,35 EUR
= Precio de catálogo 70 EUR

Incluso con un margen de beneficio del 35 % y un descuento añadido del 15 %, el precio de venta en el catálogo se mantiene con 70 € por debajo de los 100 €, cantidad que probablemente los clientes están dispuestos a pagar. Al año siguiente, la empresa podría haber aumentado sus ventas, reduciendo así los costes fijos y aumentando el beneficio.

Errores comunes: con qué hay que tener cuidado al calcular precios

Especialmente si eres un emprendedor novato, es fácil que cometas errores típicos al calcular precios. Por ejemplo, suele ocurrir que se elige un precio demasiado bajo que hace peligrar a toda la empresa. Y es que, una vez se ha fijado un precio demasiado bajo, es difícil cambiarlo: los clientes suelen indignarse ante subidas del precio, sobre todo si no son debidas a mejoras o a cambios visibles en la oferta. Para que no caigas en estas trampas, hemos hecho una lista con los errores más comunes.

  • Confiar en la intuición: demasiados emprendedores se dejan guiar solo por su intuición cuando calculan los precios y su intuición suele fallar. Un cálculo exacto del precio evita este tipo de sorpresas.
  • Pasar costes por alto: el análisis de los costes es un tema complejo y el coste de algunas tareas se ignora en un primer momento. Tómate tu tiempo para reunirlos todos.
  • Estimar incorrectamente la demanda: en el cálculo es muy importante partir de cifras de venta reales. Si no se logra vender toda la producción, no cuadrarán las cuentas.
  • Generar demasiados costes: algunas empresas quieren llevar al mercado un producto perfecto. Tal producto suele ser, sin embargo, demasiado caro para el público objetivo, de ahí la importancia de analizar a dicho grupo al principio.
  • Olvidar el propio sueldo: también el trabajo del empresario ha de ser recompensado. En el cálculo hay que asegurarse de que el precio de venta lo cubra.
  • No contar con las vacaciones y las bajas: especialmente las pymes que ofrecen servicios deben tener en cuenta los periodos de vacaciones y de baja en el precio de venta.
  • Modelos de ingresos demasiado complejos: si no se pide un precio fijo por un producto o servicio, sino que se implementa un sistema de suscripciones, por ejemplo, debería ser a sabiendas de las consecuencias. Reflexiona bien si una cifra es rentable antes de ofrecer un precio.
En resumen

No te tomes a la ligera el cálculo del precio: invierte tiempo y esfuerzo en determinar el precio de venta. Solo así lograrás triunfar en el mercado con tu producto, tu servicio o tu empresa.

Por favor, ten en cuenta el aviso legal relativo a este artículo.

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