Para empezar una actividad empresarial como empresario autónomo, además, no se requiere capital inicial, como sí ocurre en el caso de las sociedades limitadas o las sociedades anónimas. Esto permite a los futuros autónomos contar con un capital mayor para hacer frente a la inversión inicial: activos, alquiler, gestiones burocráticas, etc.
Además, el hecho de que la figura de empresario individual deba llevar personal y directamente la actividad empresarial, no significa que no pueda contratar a otros trabajadores.
Existen diferentes formas de empresario individual: trabajadores autónomos, profesionales autónomos, empresario societario, autónomo económicamente dependiente, autónomo agrario, etc. En términos generales, en este texto se hace referencia a los dos primeros (estos son, trabajadores y profesionales autónomos).