Los costes de la asesoría fiscal de una empresa dependen de varios factores, entre ellos, los servicios que el cliente pueda necesitar. No es comparable el tiempo dedicado a una empresa que solo necesita trámites fiscales, como las declaraciones trimestrales del IVA y del impuesto de sociedades, que a una que necesita otro tipo de servicios, como una asesoría laboral, mercantil, contable, judicial, servicios de consultoría empresarial, etc. También influirá si el sector en el que se engloba la actividad de la empresa implica muchas contrataciones temporales como la restauración, el turismo o el ocio nocturno, ya que esto implica la realización de contratos, altas en la SS, etc.
Lo más frecuente es que la asesoría establezca una tarifa estándar y, cuando el cliente necesite servicios extras o trámites de mayor complejidad, se facturen como un servicio extra.
El tamaño de la asesoría también juega un papel importante: si esta cuenta con empleados que puedan abarcar todo tipo de necesidades encarecerá el servicio.
Otro de los factores a tener en cuenta es el tamaño de la empresa que contrata los servicios. Los costes de asesoramiento fiscal de una pequeña sociedad no pueden ser los mismos que los de una empresa con muchos empleados, ya que esta requiere un control de nóminas desde el departamento de asesoramiento laboral, actividades con regímenes especiales de tributación, etc.
El volumen de facturas que maneja una empresa también hace que varíen los costes de los servicios de asesoría fiscal. Para determinar un presupuesto más exacto deberemos acordar una reunión con la asesoría.
Por último, existen diferentes tipos de asesorías, las tradicionales y las online. Los costes de una asesoría tradicional son más caros, ya que ofrecen la posibilidad de visitar su despacho y ser atendido de forma personal. Dependiendo de las necesidades de tu empresa, puedes valorar uno u otro modelo de asesoramiento.