SSD vs. HDD: las principales diferencias

El exorbitante incremento en las cantidades de datos que manejamos exige continuamente nuevas soluciones para su almacenamiento. Ya en 1956, IBM presentó un primer disco duro (Hard Disk Drive, abreviado HDD) basado en una memoria magnética cuya capacidad de almacenamiento de 5 MB requería por aquel entonces un cuerpo mecánico de 500 kilos. En 1980, Seagate lanzó al mercado un HDD de 6 MB en un aparato de 5,25 pulgadas y con un precio de 1000 dólares. Hubo que esperar 11 años para contar con los primeros discos duros de 2,5 pulgadas con una capacidad de 100 MB. Al mismo tiempo aparecieron las primeras unidades de estado sólido (SSD) con memoria flash. Hoy, las unidades SSD han desbancado a los discos duros HDD en muchos sectores. Sin embargo, el disco duro clásico no ha desaparecido todavía. Te contamos dónde encuentra su razón de ser y qué diferencias hay entre ambas tecnologías.

Diferencia SSD-HDD: así funcionan

A diferencia de una unidad SSD, un disco duro HDD consta de discos o platos giratorios que se cargan magnéticamente y se dividen en pistas y sectores. El disco duro tiene un cabezal de lectura / escritura que es movido por el plato magnético giratorio. De esta forma, se escribe la información que se quiere almacenar en los platos mediante magnetización. Los diferentes sectores magnéticos también son leídos con el cabezal de lectura / escritura.

De manera simplificada, la operación de lectura se puede comparar con el funcionamiento de un reproductor de vinilos: una vez elegido un título del índice (portada del disco), se coloca el cabezal de lectura (aguja del tocadiscos) en el espacio entre dos títulos (pistas de datos) en el disco de vinilo para leer los datos (en nuestro ejemplo, la música). Si se quiere escuchar otra canción, hay que repetir el proceso. En el caso del disco duro HDD, una interfaz y un conector se encargan de la comunicación con el entorno del ordenador. El controlador interno mueve el cabezal de lectura / escritura hacia el sector en el disco magnético. Así, los datos se mantienen almacenados en el disco duro HDD aunque se interrumpa el suministro energético.

A diferencia de una unidad SSD, la construcción de un disco duro HDD requiere una mecánica de alta precisión. El disco de memoria magnética se encuentra sobre un eje y es movido por un motor eléctrico a una velocidad de rotación definida entre 5400 y 15 000 revoluciones por minuto (siendo esta última la velocidad típica de los ordenadores de alto rendimiento y los servidores). Un accionamiento separado lleva el cabezal de lectura / escritura a su posición de trabajo, lo que demanda una gran exactitud, ya que cada pista de datos mide tan solo unos 75 nanómetros. El cabezal está suspendido en la corriente giratoria de aire a unos 25 nanómetros por encima del disco magnético. A modo ilustrativo: un pelo humano tiene un diámetro de 300 nanómetros. Si el cabezal de lectura / escritura y el disco magnético se tocan, se da una rotura del cabezal con la consecuente pérdida de los datos.

Una diferencia evidente entre una unidad SSD y un disco duro HDD es que la unidad SSD no está formada por partes mecánicas móviles ni discos magnéticos que giran, y tampoco tiene un cabezal de lectura / escritura. Los datos se almacenan en celdas semiconductoras, para lo que se aprovecha la cualidad de un semiconductor (estado sólido) de poder guardar (y mantener aun sin electricidad) los estados de carga. Un controlador se encarga de repartir los datos en los varios millones de celdas semiconductoras, además de apilarlos en capas según los requisitos y trasladarlos en caso de necesidad o riesgo de fallo de las celdas de memoria. Al no tener componentes propulsados eléctricamente, la unidad SSD supera al disco HHD respecto a la demanda energética. Además, el peso y el tamaño son menores.

SSD vs. HDD: vida útil de las tecnologías de almacenamiento

Entre las muchas diferencias técnicas entre HDD y SSD, merece la pena echar un vistazo a la durabilidad de cada una de estas tecnologías. En la actualidad, las soluciones mecánicas están muy desarrolladas, pero también están sujetas al desgaste natural, sobre todo por fricción (de lo contrario, existirían los móviles perpetuos). Por lo tanto, la vida útil de un disco duro se estima entre los cinco y los diez años, si bien puede verse mermada según la carga térmica y mecánica a la que se vea sometido. Algunos fabricantes prometen una vida útil del disco duro HDD de hasta un millón de horas (equivalente a aproximadamente 114 años). Existen muchos programas de diagnóstico que determinan el estado de salud de un disco duro. Para prolongar su durabilidad, la desfragmentación a intervalos regulares es una medida importante.

Por su parte, la vida útil de la unidad SSD se indica normalmente con la capacidad máxima total de datos ejecutables, que se mide en TBW (terabytes escritos). Un ejemplo: el fabricante vende una unidad SSD para consumo particular con una capacidad de 240 gigabytes, una garantía de tres años y un volumen total de datos de 72 terabytes. Si hacemos las cuentas, tenemos 65 gigabytes por día. Un ordenador de mesa normal y corriente escribe entre 20 y 30 gigabytes al día. Por lo tanto, este ejemplo de unidad SSD debería tener una durabilidad de diez años. Si se trabaja con archivos de vídeo o imagen, este volumen se consumiría con más rapidez.

Las unidades SSD actuales orientadas al mundo profesional alcanzan hasta los cinco millones de ciclos de escritura, con tendencia al alza. Por lo tanto, los servidores con tecnología SSD son la mejor opción de almacenamiento con vistas al futuro, ya que también reducen la demanda de energía de los servidores y, con ello, minimizan su huella ecológica.

También existen programas de monitorización para las unidades SSD con los que poder analizar el estado de la unidad. Además, es posible actualizar el firmware de una unidad SSD para mejorar la gestión de datos.

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La seguridad de los datos en SSD y HDD

El mayor peligro para un disco duro HDD es que se rompa el cabezal de lectura / escritura por factores mecánicos, lo que conlleva la pérdida total de los datos. Sin embargo, son más habituales las pérdidas de datos por desgaste del material. Una señal de ello es la aparición de errores con una frecuencia cada vez mayor. No obstante, esto no implica la pérdida completa de los datos en un disco duro HDD.

En la actualidad, las unidades SSD (tanto industriales como para particulares) se califican con excelencia en lo referente a la seguridad de los datos. Sin embargo, en el caso de una unidad SSD defectuosa, ni siquiera los programas profesionales de restauración de datos pueden salvarlos.

Consejo

Independientemente de la solución de almacenamiento que elijas, hacer copias de seguridad de tus datos regularmente te protege frente al desastre si un dispositivo deja de funcionar repentinamente. No te pierdas nuestro artículo cómo hacer copias de seguridad en Windows 10.

Características de rendimiento

A continuación, presentamos, de forma resumida, las características de rendimiento más importantes que diferencian los dispositivos SSD y HDD. Debido al desarrollo técnico continuo, el rendimiento de las unidades SSD podría mejorar en poco tiempo. Por ello, recomendamos considerar los valores de la tabla como orientativos según el uso típico de los consumidores.

Característica SSD HDD
Capacidad de almacenamiento hasta 4 TB hasta 16 TB
Ruido de funcionamiento no
Velocidad de lectura y escritura hasta 550 MB/s hasta aprox. 160 MB/s
Tiempo de lectura 0,2 ms a partir de 3,5 ms
Tiempo de escritura 0,4 ms a partir de 3,5 ms
Consumo de energía en reposo entre 0,1 - 0,3 W a partir de 4 W
Consumo de energía en funcionamiento entre 0,5 5,8 W a partir de 6 W
Capacidad de sobrescritura hasta 10 000 prácticamente indefinida
Resistencia a golpes en funcionamiento 1500 g 60 g

Diferencia de precio entre SSD y HDD

Al igual que ocurre con cualquier otro hardware, cuando los productos llevan un tiempo en el mercado y ya están totalmente desarrollados, su precio baja. Cuando se escribió este artículo en octubre de 2020, el precio para las unidades SSD era de unos 120 euros por terabyte de almacenamiento. Para un almacenamiento de 4 terabytes, una unidad SSD podía rondar fácilmente los 500 euros, dependiendo de los extras que tuviera el disco — clara diferencia respecto a los discos duros HDD, en los que el precio del terabyte ronda los 40 euros. Y, si hablamos de capacidades de memoria mayores, el precio es todavía más barato, a menudo por debajo de los 30 euros por terabyte.

Qué tipo de almacenamiento es apropiado para cada usuario

Idealmente, un sistema operativo de ordenador de mesa debería funcionar con una unidad SSD. También los programas grandes se inician más rápidamente con la tecnología de los semiconductores, que permite trabajar de manera más fluida. En lo que se refiere a los datos de trabajo, puedes escoger entre SSD o HDD.

Los archivos de datos más grandes, como fotos, vídeos y música, así como los archivos de diseño complejos deberían almacenarse es un disco duro HDD y, a poder ser, también con una segunda copia en un disco duro externo.

Los jugadores de videojuegos deberían saber que, aunque el juego se carga más rápido desde la unidad SSD, no por ello los semiconductores de la memoria lo hacen más fluido, pues la memoria interna, el procesador y la tarjeta gráfica del ordenador tienen mucho que ver en el resultado final.

En resumen

Los sistemas operativos y los programas grandes se inician con gran rapidez desde una unidad SSD. Para grandes volúmenes de datos, especialmente si se trata de archivos de datos, es mejor el clásico método HDD.