Para contactar con un servidor FTP, es necesario establecer una conexión mediante un cliente FTP. Este establece una conexión TCP al puerto de control del servidor (puerto 21 por defecto) y a continuación, puede enviar comandos a los que responde el servidor. La transferencia de los archivos tiene lugar seguidamente a través de otro puerto. Se pueden distinguir principalmente dos modos de transmisión: en el modo activo, el cliente, que utiliza un puerto superior a 1023, comunica al servidor su propia dirección IP cuando se establece la conexión en el puerto 21, de modo que el servidor sepa en qué puerto encuentra al cliente; en el modo pasivo, el servidor no recibe la dirección IP del cliente, por ejemplo, debido a un cortafuegos y ofrece al cliente un puerto para que pueda establecer una conexión.
Quien utilice una solución de alojamiento web con acceso FTP se beneficia de una alta velocidad de transferencia de archivos entre el dispositivo utilizado y el servidor web. En este proceso es muy útil recurrir a la ayuda de un programa FTP, que cuenta con una interfaz fácil de usar y de la que lamentablemente carecen algunos clientes basados en navegador. Los programas FTP también facilitan la clasificación y gestión de los archivos en la estructura de directorios existente. Los administradores son los encargados de gestionar los permisos de acceso para los usuarios, quienes podrán acceder al servidor FTP de manera simultánea.