Cálculo de la amortización: métodos y ejemplos
¿Cómo se calcula la amortización? Esta pregunta es vital para las empresas, ya que pueden amortizar sus bienes de maneras diferentes, que determinan cuál va a ser la cuota que se va a descontar en cada ejercicio como gasto de la base imponible. A continuación, veremos cómo se calcula esta cuota de amortización a partir de los tres métodos más utilizados.
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¿Por qué es tan importante el cálculo de la amortización?
El patrimonio de una empresa, tanto material como inmaterial, se conoce en contabilidad como activo y comprende elementos como terrenos, mobiliario, patentes o licencias. Estos activos se utilizan como medios para generar ingresos, lo que conlleva un desgaste progresivo debido no solo al paso del tiempo, sino también a factores como la obsolescencia tecnológica o la evolución en los procesos productivos. Así, un bien adquirido en un momento determinado pierde parte de su valor con el tiempo. Por ejemplo, una furgoneta de reparto que ha estado en uso diario durante 15 años tendrá un valor de mercado significativamente menor que el de compra.
Cuando una empresa elabora su balance anual o presenta su declaración fiscal, debe reflejar esta pérdida de valor en su contabilidad. Si no lo hiciera, el patrimonio mostrado en los libros contables sería irreal y podría dar lugar a una tributación superior a la que realmente correspondería. La solución a esto es la amortización, un mecanismo contable que permite registrar la depreciación de los activos a lo largo del tiempo como un gasto deducible.
En España, la amortización se aplica tanto a activos materiales (como maquinaria o vehículos) como a activos inmateriales (como software o patentes). Según la normativa vigente, los activos intangibles deben amortizarse conforme a su vida útil, y si esta no puede determinarse con certeza, la deducción máxima permitida es del 5 % anual. En el caso del fondo de comercio, se presume una vida útil de diez años, con una amortización también del 5 % anual.
El reconocimiento contable y fiscal de la amortización es un principio fundamental dentro de los principios contables generalmente aceptados, ya que garantiza que el valor de los activos reflejado en los estados financieros sea lo más preciso posible, ofreciendo una imagen fiel del patrimonio y los resultados de la empresa.
“Las amortizaciones habrán de establecerse de manera sistemática y racional en función de la vida útil de los bienes y de su valor residual, atendiendo a la depreciación que normalmente sufran por su funcionamiento, uso y disfrute, sin perjuicio de considerar también la obsolescencia técnica o comercial que pudiera afectarlos.” (Artículo 2.1 del Real Decreto 1515/2007, de 16 de noviembre, por el que se aprueba el Plan General de Contabilidad para pymes)
La práctica contable establece diversos métodos de amortización para reflejar la pérdida de valor de los activos a lo largo del tiempo. Estos métodos pueden ser de cuotas fijas o variables, y su elección suele depender del tipo de activo. Por ejemplo, la amortización lineal establece un desgaste constante año tras año, pero puede no ser el método más adecuado para una máquina con picos de producción variables o que pueda volverse obsoleta antes de finalizar su vida útil. En estos casos, puede ser más recomendable una amortización basada en la producción o, en el caso de los vehículos, en su kilometraje.
La legislación española recoge en la Ley 27/2014, de 27 de noviembre, del Impuesto sobre Sociedades (LIS), los métodos aceptados para la amortización fiscal de bienes:
- Amortización lineal: distribuye el valor amortizable del activo de manera uniforme durante su vida útil.
- Amortización decreciente con porcentaje fijo: aplica un porcentaje constante sobre el valor pendiente de amortización.
- Amortización decreciente por el método de los números dígitos: asigna fracciones decrecientes de una suma de dígitos a los años de vida útil del activo.
Además, en la práctica contable, también es común utilizar métodos basados en el rendimiento del activo, como la amortización en función de las unidades producidas o los kilómetros recorridos en el caso de los vehículos.
A continuación, se detallan cada uno de estos métodos con ejemplos prácticos.
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Métodos de amortización: cómo se calculan las cuotas de depreciación
Para calcular la amortización de un bien, se deben considerar tres variables clave:
- Valor amortizable: precio de adquisición o producción (también denominado coste histórico en el Plan General de Contabilidad).
- Vida útil: el tiempo estimado durante el cual el bien podrá utilizarse o la cantidad de unidades de producción que se espera obtener de él.
- Valor residual: el valor que se estima que tendrá el bien al final de su vida útil, es decir, el precio que la empresa podría obtener en caso de venderlo.
En España, la Agencia Tributaria proporciona tablas de amortización que sirven de referencia para determinar la vida útil estimada y los coeficientes de amortización aplicables a distintos activos. Estas tablas, aunque no son de cumplimiento obligatorio, son utilizadas como guía tanto por la Administración como por los contribuyentes para calcular la depreciación fiscalmente deducible.
Puedes consultar la tabla de amortización simplificada y la tabla de amortización del Impuesto sobre Sociedades en la web de la Agencia Tributaria.
Método de amortización lineal
En la amortización lineal, los costes de adquisición o fabricación de un activo se reparten en cuotas constantes a lo largo de su vida útil. Este es el método más sencillo de amortización y se calcula aplicando un porcentaje anual fijo sobre el valor del activo.
Para este método, la Agencia Tributaria pone a disposición de los contribuyentes tablas de amortización que establecen los coeficientes máximos y los períodos máximos en años para distintos tipos de activos. Aunque estas tablas no son de obligado cumplimiento, son utilizadas como referencia estándar para la determinación de la vida útil de los bienes y la deducción fiscal de la amortización. Puedes consultarlas en la tabla de amortización del Impuesto sobre Sociedades.
En el caso de los activos intangibles, su amortización debe realizarse en función de su vida útil estimada. Sin embargo, si esta no puede determinarse de manera fiable, la normativa establece que:
- Contablemente, deben amortizarse en un plazo de 10 años, aplicando un 10 % anual.
- Fiscalmente, solo será deducible un 5 % anual de su valor.
Este criterio también se aplica al fondo de comercio, cuya amortización fiscalmente deducible está limitada al 5 % anual.
Ejemplo de amortización lineal:
Queremos calcular la dotación anual fija por amortización de una máquina que costó 100 000 euros, con una vida útil estimada en 10 años y un valor residual en 20 000 euros.
La cuota de amortización anual se calcula utilizando la siguiente fórmula:
Cuota de amortización = (Valor de adquisición – Valor residual) / Años de vida útil:
100 000 € - 20 000 € / 10 = 8000 €
La cuota anual fija de amortización aplicable a cada ejercicio sería aquí de 8000 euros.
Amortización contable por unidad producida
El método de amortización contable por unidad producida o basada en la actividad (método de las unidades de producción en las NIF) se basa en la estimación de las unidades que un activo tangible produce en un año en lugar de basarse en su vida útil. Puede utilizarse en bienes cuyo rendimiento no es constante, como un automóvil, porque refleja mucho mejor el desgaste real de un activo. Para deducir la amortización como gastos en la declaración de impuestos la Agencia Tributaria ha de aprobar previamente su utilización.
Ejemplo de amortización por unidad producida:
Tu empresa compra un vehículo por 120 000 euros y establece un plan de actividad prevista en unos 300 000 kilómetros. A partir de estos datos resulta una cuota de depreciación de 40 céntimos por kilómetro:
120 000 € / 300 000 km = 0,40 €
Cada año se considerarán los kilómetros recorridos para calcular la cuota anual. Si durante el primer año pongamos que recorre 30 000 kilómetros, la cuota anual resulta de la siguiente operación:
30 000 km x 0,40 € = 12 000 €
Durante los años siguientes, la empresa ha de proceder de la misma forma hasta alcanzar los 300 000 kilómetros.
Al utilizar este método de amortización se ha de justificar anualmente cuál ha sido la actividad o la producción del inmovilizado, lo que puede hacerse con un contador en el caso de la maquinaria o con un libro de ruta en el caso de los vehículos.
¿Cómo se aplica la amortización decreciente?
Al aplicar la amortización decreciente, se definen cuotas de amortización anuales que son más elevadas al comienzo y van disminuyendo a lo largo de la vida útil del activo. La autorización de este método por parte del legislador tiene como fin fomentar la economía porque permite a una empresa recuperar la liquidez en poco tiempo para volver a invertir.
Los dos métodos decrecientes aprobados en la Ley de Sociedades española son el del porcentaje fijo aplicado a una base amortizable decreciente, por el cual se amortiza siempre el mismo porcentaje del valor del inmovilizado al comienzo de cada ejercicio, y el de los números dígitos, por el que la cuota de amortización se determina con ayuda de una secuencia decreciente de cifras.
Método de amortización decreciente con porcentaje fijo
Con este método se aplica un porcentaje fijo al valor que está pendiente de amortizar, que cada ejercicio es más reducido, lo que genera una cuota de amortización decreciente. Este sistema permite amortizar más al principio, lo que puede convenir si la empresa quiere reducir la base imponible durante los primeros años porque así se reduce también la aportación tributaria (aumenta la liquidez).
Para calcular este porcentaje, de nuevo hemos de acudir a las tablas de amortización lineal oficiales, que asignan coeficientes de amortización a determinados tipos de bienes. En función del bien cuyo valor la empresa quiera amortizar fiscalmente, se multiplica el coeficiente de amortización lineal por uno de estos tres según corresponda:
- 1,5 si el periodo de amortización es inferior a 5 años;
- 2 si es igual o superior a 5 e inferior a 8;
- 2,5 si es igual o superior a 8 años.
Este porcentaje nunca podrá superar el 11 %.
Ejemplo de amortización decreciente con porcentaje fijo:
Una empresa adquiere un bien por 100 000 euros a principios de año. Para amortizarlo por el método del porcentaje fijo sobre una base imponible decreciente, consultamos los índices de las tablas de amortización lineal y vemos que para este bien el coeficiente máximo es del 25 % en un período máximo de 8 años. Esto quiere decir que el período máximo de amortización es de 8 años y el mínimo de 4 porque amortizar a un 25 % significa subdividir el valor del bien en cuatro partes.
La empresa quiere amortizar lo máximo que pueda por año para pagar menos impuestos, de modo que opta por amortizarlo en cuatro años.
Con esta información, calculamos así el porcentaje de amortización anual:
25 % x 1,5 = 37,5 %
25 % es el porcentaje lineal que correspondería a un periodo de amortización de 4 años.
1,5 es el índice de ponderación para un periodo inferior a 5 años.
Aplicado a los 4 años, quedaría así:

El último año la empresa debe amortizar todo lo que quede pendiente.
Con este método la amortización fiscalmente deducible decrece en el tiempo.
Método de los números dígitos
Este método de cálculo de las cuotas de amortización puede generar cuotas crecientes (la amortización es más baja al principio y va aumentando) o decrecientes (la dotación disminuye en cada ejercicio). Recogido en la LIS, este método se basa en el periodo de amortización establecido en las tablas oficiales. Dado un periodo de 5 años, por ejemplo, se suman todos los años (1+2+3+4+5 = 15). Dividido el coste de adquisición por 15, se obtiene una cuota por dígito que se utiliza para aplicarla, de forma creciente o decreciente, a cada uno de los dígitos/años que componen la vida útil del activo (1, 2, 3, 4, 5).
Ejemplo de amortización por números dígitos:
Tenemos un activo cuyo coste de adquisición fueron 15 000 euros y cuya vida útil estimamos en 5 años (dentro del marco proporcionado en la lista). Sumamos los dígitos de la vida útil en primer lugar:
5+4+3+2+1 = 15
15 000 €/ 15 = 1000 €
Obtenemos la cuota por dígito así:
Aplicamos la cuota por dígito a cada año para obtener la dotación contable anual para la amortización –se hará en este caso de forma decreciente, amortizando más al principio:
1000 € x 5 = 5000 € el primer año
1000 € x 4 = 4000 € el segundo año
1000 € x 3 = 3000 € el tercer año
1000 € x 2 = 2000 € el cuarto año
1000 € x 1 = 1000 € el último año
Si se quisieran cuotas crecientes la operación se haría a la inversa.
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Amortización contable vs. amortización fiscal
Además de la amortización contable y fiscal, muchas empresas también utilizan la llamada amortización interna o calculada. Se trata de un método de amortización para cálculos internos de la empresa, que no está regulado por la normativa contable ni fiscal y, por lo tanto, no se registra en la contabilidad oficial.
Las cifras resultantes de la amortización interna pueden diferir de las utilizadas en la contabilidad y la fiscalidad. Por ejemplo, en la amortización interna se suele tomar como base el valor de reposición del activo en lugar del coste de adquisición, algo que no está permitido en la amortización contable o fiscal.
Aunque no tiene validez fiscal ni contable, la amortización interna es una herramienta útil para la gestión empresarial.
A la hora de deducir tus cuotas de amortización puede ser recomendable acudir a un asesor fiscal, así como disponer de un buen programa de contabilidad que te ayude a llevar tus cuentas al día sin perder un tiempo valioso que puedes dedicar a tu negocio.
Por favor, ten en cuenta el aviso legal relativo a este artículo.