Amortización: qué es, cómo se aplica y por qué

La mayor parte de los activos fijos materiales de una empresa, como el mobiliario, las máquinas, las propiedades y todos aquellos bienes que permanecen en manos de la empresa durante más de un año, pueden utilizarse durante un período determinado, puesto que con el paso del tiempo se van deteriorando. Otros elementos de carácter inmaterial, que también contribuyen a generar ingresos, conforman el llamado activo intangible y en él se incluyen los softwares, las licencias, las patentes o los planes de construcción; activos que pueden perder valor si envejecen, se quedan obsoletos o baja su precio en el mercado. Todas estas devaluaciones rebajan el activo de una empresa y, por ende, se reflejan en una reducción de sus beneficios, razón por la que deben ser recogidas en su contabilidad y en en el balance anual. A este proceso por el que se cuantifica el deterioro de los bienes se le denomina amortización si tiene como objeto los activos fijos intangibles y los gastos diferidos, o depreciación para los activos fijos tangibles.

Al ofrecer un retrato más fiel de las cuentas de una sociedad, el papel de la amortización, tanto en la contabilidad como en el derecho tributario, deviene crucial, si bien acostumbra a ser víctima de una incomprensión generalizada, sobre todo entre los empresarios con menos experiencia, que no acaban de entender los diversos métodos de amortización o de ver claro qué bienes pueden amortizarse y cómo, y cuáles no. ¿Qué significa amortización? ¿Qué métodos se utilizan más? Estas y otras preguntas encuentran respuesta a continuación.

Depreciación y amortización: definición y normativa

Cuando el día a día de un negocio requiere utilizar ordenadores, mobiliario de oficina, maquinaria, automóviles o incluso propiedades inmobiliarias, lo normal es que se vayan desgastando por el uso. El deterioro de los bienes puede tener un origen físico, determinado por el paso del tiempo (independiente de su uso); funcional, condicionado por su utilización, o económico, propiciado por la innovación tecnológica o la obsolescencia. Si su utilización supera el año de vida, este desgaste y la pérdida de valor implícita han de quedar representados en la contabilidad como depreciaciones.

Pero hay otros activos que, aunque no pueden “tocarse”, también hacen posible que la empresa genere ingresos. Nos referimos a las licencias, las patentes o el patrimonio intelectual de una sociedad, bienes que, a la vez que participan de su éxito, también se van devaluando con el tiempo. La contribución de estos activos intangibles al patrimonio de la empresa, que condiciona su desgaste, se reconoce por medio de la amortización, equilibrando así la entrada de un ingreso con un gasto en base a la contabilidad de partida doble. A diferencia de los activos tangibles del párrafo anterior, los intangibles no tienen una vida útil definida, de modo que la empresa puede decidir si la vida útil de un intangible es definida y en ese caso, durante cuántos años se debe amortizar un bien intangible o, incluso, si su vida útil es indefinida.

La posibilidad de considerar si un intangible tiene una vida indefinida es una novedad del Plan General Contable para pymes de 2007, aunque la nueva normativa no explica qué factores pueden tenerse en cuenta a la hora de estimar la vida útil de un activo inmaterial. Hay que acudir a lo dispuesto en la normativa internacional (NIC 38), según la cual se estimará una vida útil indefinida cuando no se pueda delimitar hasta cuándo el activo podrá generar ingresos para la sociedad. Con todo, no podrá exceder el periodo del contrato o de los derechos legales en caso de que los hubiera.

Estos son algunos de los factores a considerar para estimar una vida útil indefinida para un activo intangible:

  • La utilización esperada por parte de la sociedad
  • La influencia de la obsolescencia tecnológica, técnica, comercial, etc.
  • La estabilidad de la industria
Nota

Los activos son todos los bienes propiedad de una empresa de los que se espera obtener un beneficio o un rendimiento económico en el futuro: un ordenador, una furgoneta de reparto, una patente o una materia prima. Estos activos pueden ser fijos (inmovilizados o no corrientes), aquellos destinados a servir de forma duradera a la empresa que no se van a vender en menos de un año, o circulantes (corrientes), que tienen una vida duradera en la empresa (materias primas). Cuando se habla de depreciación y amortización se hace referencia a la pérdida de valor del activo fijo.

La amortización y la depreciación, que en lo más básico obedecen al mismo concepto, son relevantes tanto desde el punto de vista mercantil como tributario. Teniendo en cuenta el derecho mercantil, reconocer la pérdida de valor en los libros permite representar el activo de una empresa de forma veraz (en el balance, por ejemplo). La ley tributaria, por su parte, ofrece la posibilidad de deducir del impuesto de sociedades las cantidades tributadas en concepto de depreciación y amortización, ya que se considera una cuenta de gasto (aminora el resultado de la empresa).

La cuantificación de la amortización o la depreciación se realiza por medio de diversos métodos que resultan en las llamadas cuotas de amortización, que pueden responder a un patrón lineal (amortización lineal), creciente (amortización creciente), o decreciente (amortización decreciente). Esto quiere decir que, en función del método utilizado, las cuotas de amortización pueden ser regulares y homogéneas a lo largo de la vida útil del activo, más bajas al principio y más altas al final (creciente) o a la inversa (decreciente).

Métodos de amortización y depreciación

En la anotación contable de la amortización pueden seguirse dos metodologías: la directa y la indirecta:

  • Método directo de amortización: consiste en reflejar en una cuenta de gastos la depreciación sistemática anual del activo y, paralelamente, hacer disminuir este valor en la cuenta misma del elemento. Suele seguir un plan de cuotas de depreciación establecido que se reparte de forma sistemática a lo largo de los años de vida útil del activo.
  • Método indirecto de amortización: aquí, el gasto se representa como en el directo y las cuotas de amortización se abonan en una nueva cuenta, “Amortización acumulada del inmovilizado”, que en el balance de situación figurará como activo negativo. Se trata de una cuenta de compensación que corrige el valor de adquisición representado en el balance.

En el Plan General Contable para pymes se da preferencia al método directo y se señala explícitamente que “las amortizaciones habrán de establecerse de manera sistemática y racional en función de la vida útil de los bienes y de su valor residual (…).”

Siguiendo este principio, hay diversas formas de contabilizar la depreciación de un bien, que oscilan entre los diversos métodos de amortización lineal, decreciente, progresiva, variable, etc. Los criterios más habituales resultan en una cuota constante (lineal) o en una variable (creciente o decreciente) y pueden tomar como referencia el desgaste en el tiempo o por producción. El método más común y más simple es el lineal basado en el tiempo. Los métodos que tienen en cuenta el rendimiento del inmovilizado miden las horas de trabajo, los quilómetros, las unidades producidas, etc. Hay que tener en cuenta que el método escogido no puede cambiar durante toda la vida útil del activo (principio de uniformidad) -si bien es posible introducir variaciones debido a cambios en la estimación contable o a errores contables.

La Ley de Sociedades (LIS) aprueba los siguientes:

  • Lineal o de cuotas fijas (art. 12, 1, a)
  • Decreciente con porcentaje constante sobre el valor pendiente de amortizar (art. 12, 1, b)
  • Decreciente por el método de los números dígitos (art. 12, 1, c)
  • Plan formulado por el contribuyente y aceptado por la Administración tributaria. (art. 12, 1, d)

Qué es la amortización lineal o de cuotas fijas

Esta es la forma más simple de amortización y consiste en depreciar los activos en cuotas fijas anuales partiendo de la premisa de que el inmovilizado se desgasta regularmente en el tiempo. Esto permite reflejar en los libros el gasto por amortización y el valor neto del activo en el balance. Se calcula asignando un porcentaje anual fijo de amortización al coste histórico del activo o la vida útil.

La amortización decreciente: en qué consiste

En la amortización decreciente, muy utilizada, las cuotas iniciales son muy elevadas y van disminuyendo año tras año. Este método se utiliza sobre todo como medio para favorecer la inversión –durante la crisis económica de 2008 se utilizó temporalmente con este fin. El progresivo, por el cual las cuotas son más bajas al principio, es, en cambio, menos habitual (suele utilizarse para las explotaciones vinícolas, por ejemplo).

Las amortizaciones decrecientes recogidas en la Ley de Sociedades son las de cuota fija y las de números dígitos, no aplicables a edificios, mobiliario y equipamiento de oficina.

Las amortizaciones decrecientes con una cuota fija (un 20 por ciento, por ejemplo) sobre el valor contable del activo se conocen como amortizaciones por el método del porcentaje fijo aplicado a una base amortizable decreciente. Al aplicar un porcentaje constante sobre el valor contable del inmovilizado al principio de cada periodo, se obtienen cuotas decrecientes. Para calcular este porcentaje es necesario definir antes el número de años en que se quiere amortizar el bien, que no puede sobrepasar lo establecido en las tablas de amortización aprobadas en la LIS y publicadas por la Agencia Tributaria.

El método de cálculo por los números dígitos genera cuotas crecientes y decrecientes y también se basa en el periodo de amortización establecido en las tablas oficiales.

La LIS española recoge estos dos métodos decrecientes en su artículo 12 como los oficialmente aceptados, si bien el empresario también está autorizado a definir planes específicos, ajustados a las particularidades de la empresa y el activo, que deben ser aprobados por el Ministerio de Hacienda (art. 11.d y e, LIS).

En México la Ley del Impuesto de la Renta (LISR) define en los artículos 39-41 los porcentajes de amortización y depreciación aplicables a cada industria.

Consejo

Para conocer con más detalle cómo se calculan las cuotas de amortización, visita nuestro artículo en la Startup Guide.

Conclusión: ¿qué es la amortización?

  • La amortización es la cuantificación de la devaluación de un activo fijo intangible en cada ejercicio.
  • La depreciación cuantifica la pérdida de valor de un inmovilizado tangible.
  • Este registro contable se encuentra recogido en España en la Ley del Impuesto de Sociedades y en el Plan General Contable y en México en la Ley del Impuesto sobre la Renta.
  • Los métodos de amortización más habituales se basan en una progresión lineal fija, en una decreciente o en el rendimiento del activo durante su vida útil estimada.

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