Una vez expuestas las distintas clases de lenguaje corporal con ejemplos, solo nos queda aclarar cómo podemos aplicar este conocimiento en la comunicación en el trabajo. En el mundo laboral, una de las soft skills comunicativas de un empleado es que este sepa aplicar y cómo leer el lenguaje corporal correctamente.
Ya en la entrevista de trabajo, el lenguaje corporal desempeña un papel decisivo. El momento en el que las dos partes se pueden formar una impresión es limitado y, por eso, las señales no verbales tienen una influencia mucho más fuerte de lo normal en la valoración de ambas partes; ya que en ese momento solo se habla de habilidades técnicas, pero no se puede aportar una impresión verdaderamente realista de ellas.
Para los solicitantes del puesto, es importante dejar una impresión distinguida y segura, aunque no arrogante. Asegúrate de ser consciente de antemano (o pregunta a tus familiares o amigos) de qué gestos delatan tu nerviosismo e intenta evitarlos de forma deliberada. Por ejemplo, las personas que juegan con los mechones de pelo o se tiran de la barba pueden intentar entrecruzar las manos en el regazo. Asimismo, durante la entrevista deberías sentarte de una forma relajada pero erguida. Si te reclinas en la silla con las piernas cruzadas, pronto darás la impresión de no estar interesado ni motivado.
Por otro lado, los que realizan la entrevista deben prestar atención principalmente a emitir señales positivas para crear una atmósfera relajada en la entrevista y calmar al solicitante. Esto lo puedes conseguir con una expresión facial amable y con preguntas ocasionales. En caso de que tengas preguntas críticas, no confrontes al solicitante directamente. En su lugar, aplica la eficaz técnica del sándwich, combinando la crítica con la mención de aspectos positivos y quitando así hierro al asunto.
Otra situación típica en la que el lenguaje corporal desempeña una función importante son las negociaciones. No importa si se trata de negociaciones de contratos con clientes o de una negociación salarial con el jefe: estas negociaciones se caracterizan porque los negociadores tienen pretensiones distintas y se debe llegar a un acuerdo. Los aspectos sobre negociaciones de los que ya hemos hablado también sirven en este caso. Sin embargo, además se pueden utilizar gestos deliberados con los que indicar al interlocutor nuestra simpatía y al mismo tiempo defender de forma clara nuestra opinión.
Una estrategia eficaz para las negociaciones es la denominada técnica del espejo, en la que se adquieren discretamente pequeños gestos del interlocutor y así indicar de forma reservada que en un principio se está de acuerdo y poder entender por completo la “posición contrariaˮ. Si la conversación amenaza con derivar en una discusión acalorada, cambiar la distribución de los asientos puede ayudar a relajar la situación. Si, por ejemplo, en un principio estabas sentado enfrente del interlocutor, puedes utilizar algún pretexto para cambiar tu lugar al lado de la persona con la que estás negociando, siempre y cuando lo permitan las características del lugar donde os encontréis. Esto indica que al fin y al cabo los dos tenéis presente el mismo objetivo y que solo os tenéis que poner de acuerdo en qué ruta tomar para llegar hasta allí.
Si la discusión ya se ha iniciado, los gestos pacificadores, como por ejemplo revelar una o las dos palmas de la mano (pero con cuidado de no tomar una posición de defensa) o bajar tranquilamente las manos puede aliviar la tensión.
Sin embargo, no nos debemos dejar alejar de nuestras propias pretensiones y, si la situación lo permite, podemos indicarlo claramente. De esta forma, cruzar los brazos, algo que normalmente debemos evitar en las conversaciones, en este contexto es una señal de que se han superado los límites y de que no vamos a permitir que nos alejen más de nuestras pretensiones.
Sea cual sea la estrategia por la que te decidas, lo importante es que no te dejes llevar por tus emociones y que mantengas siempre activado el sentido que te indique qué señales son recomendables y útiles. Entonces podrás usar tu lenguaje corporal de forma deliberada y en tu beneficio.
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