Lenguaje corporal: la forma más importante de la comunicación no verbal
El lenguaje es engañoso. Una persona puede decir una cosa y pensar algo completamente distinto, o engañar conscientemente a su interlocutor con mentiras. Sin embargo, engañar a alguien con el lenguaje corporal es considerablemente más difícil, ya que una gran parte sucede de forma inconsciente. En muchas personas, los gestos, la expresión facial y también la postura general revelan de forma clara lo que están sintiendo. Solo es necesario saber interpretar las señales.
El que sabe interpretar correctamente el lenguaje corporal tiene una ventaja asombrosa en la comunicación con otras personas. De esta forma puede adaptarse a los sentimientos de la persona que tiene enfrente y crear más fácilmente una atmósfera de conversación de confianza. Esto repercute de forma positiva tanto en la vida personal como profesional. Al mismo tiempo, entender las señales no verbales es el primer paso para utilizar deliberadamente el propio lenguaje corporal. En este contexto, no se trata de engañar conscientemente a otros, sino de fundamentar lo que exteriorizamos con una actitud auténtica y segura.
¿Qué es el lenguaje corporal? Definición y significado
El lenguaje corporal es la forma más importante de la comunicación no verbal, ya que la expresión facial, los gestos y la postura corporal son la expresión más inmediata de nuestros sentimientos. La razón de esto es que la mayoría de estas señales se emiten de forma inconsciente. Sobre todo, en momentos emocionales de alegría, miedo, enfado o tristeza es casi imposible dominarlo.
El lenguaje corporal engloba todas las señales conscientes e inconscientes del cuerpo que dan información sobre el estado emocional o las intenciones de una persona. Se incluyen aquí todas las expresiones no verbales de los gestos, la expresión facial, la postura corporal y el movimiento. No se incluye la lengua de signos, ya que es solo una forma de expresión de nuestro sistema lingüístico (adquirido).
Sin embargo, también existen señales corporales conscientes que pueden ser utilizadas de forma deliberada en la comunicación. Los argumentos se pueden realzar con gestos de manos, la expresión facial puede señalizar la disposición para conversar o la necesidad de calma.
Lenguaje corporal consciente e inconsciente
Cuando respiramos con impaciencia, giramos los ojos con molestia o fruncimos los labios porque nos sentimos ofendidos, estamos revelando nuestros sentimientos, incluso si lo hacemos durante una fracción de un segundo. De la misma forma, al igual que estas señales se emiten de forma inconsciente, también se pueden leer de forma inconsciente. Este es el motivo por el cual hay algunas personas que no nos gustan desde el primer momento, o que nos apasionan inmediatamente sin que sepamos decir exactamente por qué. Percibimos el lenguaje corporal mientras nos concentramos en lo que se está diciendo o dejamos volar nuestros pensamientos.
Sin embargo, además de las señales corporales inconscientes, existen las señales corporales conscientes. Estas se entrenan y están marcadas por nuestro entorno cultural. Las utilizamos en las situaciones adecuadas para dar un mensaje determinado o para fundamentar lo que estamos diciendo. Algunos de los ejemplos típicos son el dedo índice levantado para expresar "¡atención!", el pulgar levantado para expresar aprobación o dirigir las palmas de las manos a la persona que tenemos enfrente para sacar hierro a una situación o para mitigar un arrebato emocional. Sin embargo, hay que tener cuidado en estas situaciones, ya que el lenguaje corporal consciente debe ser leído en el contexto cultural. Un determinado gesto con la mano puede tener significados completamente distintos en otros continentes o en otros círculos culturales.
Significado del lenguaje corporal
El lenguaje corporal tiene una gran influencia en la impresión que dan las personas y en cómo se asimila lo que exteriorizan. No hay más que echar un vistazo a fotos o grabaciones en vídeo de discursos famosos. Ahí es fácil de identificar que no solo el contenido de un discurso contribuye de forma decisiva al éxito, sino también la dinámica con la que se expone. Así, el lenguaje corporal señala a los oyentes, entre otras cosas, cómo de importante es el tema para el orador y de esta forma constituye un criterio decisivo en su credibilidad.
Sin embargo, en el entorno inmediato personal o laboral también se evalúa a las personas por cómo se adapta su lenguaje corporal a lo que dicen. No hay nada más desconcertante que un compañero de trabajo que diga con cara inexpresiva que se ocupa de la tarea, o un superior que dirija la vista sin descanso por toda la sala mientras murmura que encuentra interesante la idea que se acaba de exponer. Estos casos son un claro ejemplo de cómo leemos el lenguaje corporal constantemente y de cómo la actitud de otras personas a menudo revela más que el contenido que expresan verbalmente. Si la persona que tenemos enfrente percibe una discrepancia clara entre lo que se dice y el lenguaje corporal, esto lo confundirá o lo irritará.
Como ya se ha mencionado, debes tener cuidado a la hora de utilizar o interpretar el lenguaje corporal en un intercambio cultural, ya que no todas las señales tienen el mismo significado en todo el mundo. Por otro lado, el lenguaje corporal también abre posibilidades de comunicación, incluso si no se habla el mismo idioma. Así, en primera línea encontramos los gestos y expresiones faciales que ya se utilizan de forma instintiva y que se entienden en todas partes del mundo porque están relacionados directamente con las emociones básicas del ser humano. Y una sonrisa se entenderá en casi todas partes como una señal de accesibilidad y amabilidad. En el caso de todos los demás gestos, es importante asegurarse del significado en cada uno de los círculos culturales. Por ejemplo, mientras en Europa el pulgar levantado normalmente significa aprobación, en Australia se entiende como una grave ofensa.
En las ciencias de la comunicación, la disciplina de la cinésica estudia la aplicación de los movimientos en las conversaciones. Analiza los efectos de la expresión facial, los gestos y la postura corporal en situaciones especiales de comunicación, como por ejemplo en negociaciones de venta, negociaciones contractuales o en esfuerzos para mitigar conflictos. Los conocimientos ganados mediante la cinésica se aplican por ejemplo en formaciones de personal de ventas, mediadores, oradores y trabajadores sociales.
Explicación del lenguaje corporal con ejemplos
El lenguaje corporal y la lectura de sus señales desempeñan un papel importante en nuestra comunicación diaria. Esta comunicación está caracterizada por el lenguaje facial, los gestos, la postura corporal y los movimientos de una persona. Los siguientes ejemplos demuestran cómo hasta los movimientos más insignificantes desvelan nuestros sentimientos.
Expresión facial
La expresión facial engloba todos los movimientos que se pueden leer en la cara de una persona. Una de las señales más importantes de la expresión facial es la sonrisa. Hace posible la comunicación abierta con extraños, muestra amabilidad, comprensión y alegría y constituye así la señal perfecta para iniciar una conversación.
Las emociones se transmiten, en gran parte, a través de los ojos y la boca y las facciones de la cara únicamente las intensifican. Una mirada puede denotar interés, ausencia, afecto, odio, duda, curiosidad o miedo, y todo eso lo podemos percibir en fracciones de segundo.
- Interés/curiosidad: los ojos están despiertos y abiertos y miran tranquilamente a la persona que está hablando o al objeto del que se está hablando para absorber toda la información de forma concentrada. Pero cuidado: si el contacto visual directo dura demasiado, las demás personas lo consideran rápidamente desagradable o pesado.
- Desinterés: la vista recorre la habitación o el entorno y se detiene aquí y allá y después en otras personas y otros acontecimientos. Una mirada completamente descentrada y sin movimiento es una señal de que alguien se ha ensimismado y que está centrado en sus propios pensamientos.
- Sorpresa: los ojos se abren bruscamente y las cejas se desplazan hacia arriba.
- Ira/enfado: los ojos se aprietan, las cejas se juntan y la frente se frunce.
- Duda: se concentra la mirada, pero los ojos están inquietos, porque el oyente reflexiona al mismo tiempo si puede creer lo que se está diciendo. Dependiendo de la postura con respecto a lo que se está diciendo, las cejas se pueden mover hacia arriba con incredulidad o juntarse con irritación.
- Miedo: los ojos también se abren bruscamente con el miedo; al mismo tiempo, las pupilas se abren ampliamente para poder percibir todos los detalles posibles de la amenaza.
Si quieres aprender cómo leer el lenguaje corporal correctamente, lo mejor es que prestes atención a las pupilas. Son especialmente traicioneras, ya que sus movimientos no se pueden controlar de forma consciente y sin embargo reflejan las emociones de forma clara. Así, las pupilas se dilatan cuando sentimos alegría u otros estímulos positivos y se estrechan cuando sentimos miedo o aversión.
Gestos
Los neurocientíficos han descubierto que las zonas del cerebro responsables del recuerdo y el procesamiento de pensamientos son adyacentes a la zona que gestiona los gestos. Esto explica por qué algunas personas gesticulan al hablar incluso cuando están hablando por teléfono y nadie las puede ver. Los gestos sirven en esos casos para ordenar los pensamientos, establecer referencias y recordar correctamente. Así, se trata de procesos que se llevan a cabo de forma inconsciente y que se deben diferenciar claramente de los gestos deliberados y adquiridos de los oradores, políticos o actores.
Adicionalmente, encontramos los gestos que hemos aprendido a lo largo de nuestra vida y que sirven para hacer hincapié en nuestras expresiones orales:
- Bienvenida: los brazos ampliamente desplegados que llevan a un abrazo, o un saludo con la mano tendida desde lejos son señal de alegría por la llegada de una persona.
- Defensa: los brazos cruzados con las palmas elevadas dirigidas hacia la persona que tenemos enfrente sirven para protegerse. Indican que la otra persona no debe acercarse.
- Ira: una mano cerrada en forma de puño indica que alguien está intentado controlarse. Si se levanta, se entiende como amenaza violenta.
- Calmar la situación: la posición de las manos es igual que en la posición de defensa, pero los brazos no están cruzados, sino que se encuentran pegados al cuerpo. Con este gesto intentamos calmar a alguien y mostrar que no tiene nada que temer de nosotros.
- Impotencia/desconocimiento: cuando alguien ya no sabe qué hacer en una situación, lo expresa encogiendo los hombros repetidamente.
Estos son solo algunos ejemplos que muestran cómo los gestos de nuestras manos sirven en el día a día para expresar determinados mensajes. Esta forma de leer el lenguaje corporal la utilizan de igual manera todas las personas de un círculo cultural.
Postura corporal y movimiento
La postura corporal indica claramente el estado emocional de una persona. Con razón se dice que una persona feliz parece que flota, mientras que las personas tristes más que caminar van arrastrando los pies con los hombros colgados y la cabeza baja. Y también se puede adivinar la autoconfianza de una persona a través de su postura corporal. Cuando un jefe pasa con prisa por la oficina con la barbilla levantada, el pecho hinchado y con pasos amplios, queda claro que es consciente de su papel y que se define como líder. Por otro lado, los movimientos apresurados y nerviosos, como pegar pequeños tirones de la ropa o del pelo, o balancear rápidamente los pies sentado en el borde de la silla, indican inseguridad y dan la impresión de que la persona quisiera huir de la situación.
Movimiento
Los ejemplos indicados anteriormente muestran que la postura corporal y movimiento no se pueden separar uno del otro en la práctica. Una postura corporal determinada exige un tipo determinado de movimientos. Es muy poco probable que una persona con una postura corporal erguida que muestre orgullo camine de forma tímida, o que una persona que camina por la calle de forma encogida y hundida lo haga con pasos largos.
Asimismo, hay determinados movimientos que ofrecen mensajes directos. En esta categoría se incluye, por ejemplo, sobrepasar una distancia apropiada entre dos personas. El momento a partir del cual nos encontraremos incómodos depende mucho de la persona que tengamos enfrente. De forma general, permitimos que aquellos conocidos que nos resultan simpáticos se acerquen a una distancia relativamente corta. En el caso de los desconocidos, pero especialmente de los superiores, una distancia determinada muestra respeto. Si alguien se acerca demasiado, puede resultarnos amenazante o degradante. En cualquier caso, se trata de una violación de límites que rara vez provocará una reacción positiva.
Utilizar el lenguaje corporal de forma deliberada en el mundo laboral
Una vez expuestas las distintas clases de lenguaje corporal con ejemplos, solo nos queda aclarar cómo podemos aplicar este conocimiento en la comunicación en el trabajo. En el mundo laboral, una de las soft skills comunicativas de un empleado es que este sepa aplicar y cómo leer el lenguaje corporal correctamente.
Ya en la entrevista de trabajo, el lenguaje corporal desempeña un papel decisivo. El momento en el que las dos partes se pueden formar una impresión es limitado y, por eso, las señales no verbales tienen una influencia mucho más fuerte de lo normal en la valoración de ambas partes; ya que en ese momento solo se habla de habilidades técnicas, pero no se puede aportar una impresión verdaderamente realista de ellas.
Para los solicitantes del puesto, es importante dejar una impresión distinguida y segura, aunque no arrogante. Asegúrate de ser consciente de antemano (o pregunta a tus familiares o amigos) de qué gestos delatan tu nerviosismo e intenta evitarlos de forma deliberada. Por ejemplo, las personas que juegan con los mechones de pelo o se tiran de la barba pueden intentar entrecruzar las manos en el regazo. Asimismo, durante la entrevista deberías sentarte de una forma relajada pero erguida. Si te reclinas en la silla con las piernas cruzadas, pronto darás la impresión de no estar interesado ni motivado.
Por otro lado, los que realizan la entrevista deben prestar atención principalmente a emitir señales positivas para crear una atmósfera relajada en la entrevista y calmar al solicitante. Esto lo puedes conseguir con una expresión facial amable y con preguntas ocasionales. En caso de que tengas preguntas críticas, no confrontes al solicitante directamente. En su lugar, aplica la eficaz técnica del sándwich, combinando la crítica con la mención de aspectos positivos y quitando así hierro al asunto.
Otra situación típica en la que el lenguaje corporal desempeña una función importante son las negociaciones. No importa si se trata de negociaciones de contratos con clientes o de una negociación salarial con el jefe: estas negociaciones se caracterizan porque los negociadores tienen pretensiones distintas y se debe llegar a un acuerdo. Los aspectos sobre negociaciones de los que ya hemos hablado también sirven en este caso. Sin embargo, además se pueden utilizar gestos deliberados con los que indicar al interlocutor nuestra simpatía y al mismo tiempo defender de forma clara nuestra opinión.
Una estrategia eficaz para las negociaciones es la denominada técnica del espejo, en la que se adquieren discretamente pequeños gestos del interlocutor y así indicar de forma reservada que en un principio se está de acuerdo y poder entender por completo la “posición contrariaˮ. Si la conversación amenaza con derivar en una discusión acalorada, cambiar la distribución de los asientos puede ayudar a relajar la situación. Si, por ejemplo, en un principio estabas sentado enfrente del interlocutor, puedes utilizar algún pretexto para cambiar tu lugar al lado de la persona con la que estás negociando, siempre y cuando lo permitan las características del lugar donde os encontréis. Esto indica que al fin y al cabo los dos tenéis presente el mismo objetivo y que solo os tenéis que poner de acuerdo en qué ruta tomar para llegar hasta allí.
Si la discusión ya se ha iniciado, los gestos pacificadores, como por ejemplo revelar una o las dos palmas de la mano (pero con cuidado de no tomar una posición de defensa) o bajar tranquilamente las manos puede aliviar la tensión.
Sin embargo, no nos debemos dejar alejar de nuestras propias pretensiones y, si la situación lo permite, podemos indicarlo claramente. De esta forma, cruzar los brazos, algo que normalmente debemos evitar en las conversaciones, en este contexto es una señal de que se han superado los límites y de que no vamos a permitir que nos alejen más de nuestras pretensiones.
Sea cual sea la estrategia por la que te decidas, lo importante es que no te dejes llevar por tus emociones y que mantengas siempre activado el sentido que te indique qué señales son recomendables y útiles. Entonces podrás usar tu lenguaje corporal de forma deliberada y en tu beneficio.
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