Consejos para una entrevista de trabajo

La entrevista laboral es una situación muy difícil para muchas personas y es que, al fin y al cabo, en ella se decide si se consigue un trabajo o no. En ella, el candidato tiene un lapso de tiempo limitado para convencer a su interlocutor de que es el candidato perfecto y el departamento de personal suele decidir en menos de una hora si es la persona adecuada o no. Pero a menudo y, sobre todo cuando aún no se tiene mucha experiencia en la búsqueda de empleo, es difícil entender qué es lo que buscan realmente las empresas. Si bien no puede responderse a esto de forma estándar, sí hay algunas reglas del juego que los candidatos deben seguir para causar una buena impresión en la entrevista.

Algunos factores difieren de compañía a compañía y otros son específicos del sector y, mientras en algunos una apariencia elocuente es lo más importante, en otras puede serlo una imagen más serena. Otras variables, como el estado de ánimo de la otra persona, también podrían influir en el curso de la conversación. Aunque no puedes cambiar esas cosas, en lo que sí puedes trabajar es en tu propia actuación. El “truco” es reaccionar con confianza a los factores que no están en tus manos. Veamos cómo puedes afrontar una entrevista de trabajo con éxito.

Preparar la entrevista de trabajo: qué tener en cuenta

Una buena preparación no solo te servirá para convencer más tarde a tu interlocutor, sino también como una oportunidad para investigar ampliamente a la empresa con el fin de asegurarte de que el puesto realmente satisface tus expectativas. Lo ideal es hacerlo antes de enviar la solicitud, pero antes de la entrevista también es útil hacer una revisión más profunda. Si decides que no es el puesto que quieres, puedes rechazar la invitación de la empresa y concentrar tu tiempo y energía en ofertas o solicitudes que en tu opinión sí valgan la pena.

Si aceptas la invitación, ganarás confianza si te preparas a fondo. No solo porque, como en los exámenes importantes, una buena preparación ayuda a no perder los nervios, sino también porque, en última instancia, preparar bien una entrevista siempre conlleva un cierto aprendizaje, ya que se conoce mejor el sector, las compañías que trabajan en ella y los requisitos actuales del trabajo.

Los siguientes consejos te ayudarán a prepararte bien para ir con confianza a la entrevista. Para muchos solicitantes esto ya es la mitad de la batalla.

Infórmate sobre el sector y la empresa

Cuando se busca trabajo suelen enviarse muchas solicitudes casi a la vez, de modo que se hace difícil investigar a fondo todos los detalles que tienen que ver con el puesto anunciado y la empresa. Pero si se recibe una respuesta positiva, incluyendo una invitación a una entrevista, no debes tardar en buscar información sobre la empresa. Guíate por este tipo de preguntas:

  • ¿Qué hace la empresa? ¿Por qué me interesa? ¿Está bien posicionada en su sector?
  • ¿Cómo funciona la industria en la que opera la empresa? ¿Tengo experiencia en las áreas de trabajo de la empresa?
  • ¿Cuáles son las tareas típicas del puesto de trabajo que estoy solicitando? ¿Encajo bien en el perfil de trabajo? ¿Qué experiencia laboral y conocimientos previos me cualifican para el trabajo?

Determina cuáles son tus puntos fuertes

El término de marketing “unique selling point” (USP) se utiliza para describir las características que hacen único a un producto y deben convencer a los clientes de que elijan exactamente a este producto. Y lo que funciona en la publicidad también puede aplicarse en cierta manera a la promoción de la marca personal en una solicitud de empleo: piensa en cuáles son las cualificaciones clave que te distinguen de los demás solicitantes y cómo puedes presentar estas ventajas brevemente.

Para superar una entrevista de trabajo podrías convencer, por ejemplo, con estas soft skills:

  • “Se me da bien trabajar en equipo”
  • “Adquiero nuevas habilidades rápido”
  • “Tengo muchos años de experiencia en el sector”
  • “Soy una persona abierta y sociable”

En muchas industrias, sin embargo, las llamadas habilidades duras o hard skills (es decir, las cualificaciones profesionales) son mucho más decisivas para los gerentes de personal. Como estos difieren de una industria a otra, asegúrate de considerar antes de la entrevista qué habilidades te cualifican para el trabajo.

Puede resultar beneficioso demostrar tus afirmaciones con hechos, demostrando que aprendes rápido señalando, por ejemplo, el poco tiempo que te ha costado aprender un idioma extranjero. Si afirmas trabajar bien en equipo, resulta más creíble si puedes mencionar proyectos de equipo que hayan tenido éxito. Es importante que tus comentarios no se vean como meras afirmaciones, sino que puedas nombrar inmediatamente situaciones en las que hayas demostrado tu posición.

Al elegir y mostrar lo que te hace destacar, es crucial asegurarse de que coinciden con el perfil del empleo. Enfatizar tus habilidades en idiomas extranjeros para un puesto en que la comunicación en otras lenguas no desempeña prácticamente ningún papel no te va a resultar muy útil.

Consejo

Anota en una hoja tus USP personales y repásala antes de la entrevista. Esto no solo te facilita encontrar las formulaciones apropiadas durante la reunión, sino que también te da más confianza.

Ten presente por qué te interesa este puesto

En casi todas las entrevistas se repite una pregunta: “¿Por qué te interesa este trabajo?”. Más que un mero interés financiero, lo ideal sería señalar interés en el empleo y en la propia empresa. Pero la cuestión del interés no es solo una herramienta muy utilizada por los gestores de personal y los reclutadores para conocer mejor la motivación del candidato. Con ella también se pueden comprobar las propias expectativas. Después de todo, el trabajo debería ser de tu agrado. Por ello, intenta responder a las siguientes preguntas antes de la entrevista:

  • ¿Por qué me interesa este trabajo?
  • ¿Qué me motivó a presentarme como candidato para este trabajo?
  • ¿Qué espero del entorno de trabajo?
  • ¿Qué espero de mi empleador?
  • ¿Por qué creo que mis habilidades podrían beneficiar a la empresa?

Por medio de estas preguntas, los responsables de la toma de decisiones en la empresa aspiran a determinar si los candidatos están realmente interesados en el trabajo o en el salario, sobre todo en el caso de solicitantes de los que se sospecha que han tenido conocimiento del trabajo a través de alguna persona. A la mínima duda sobre tu interés, el entrevistador descartará tu solicitud. Por otro lado, y siempre y cuando se esté en situación de poder elegir, tampoco es saludable mentirse a uno mismo y mostrar interés en un trabajo que realmente no se quiere hacer. Concéntrate en aquellas compañías que realmente te interesan.

Identifica tus puntos débiles

En la mayoría de los casos, hay más candidatos que vacantes, por lo tanto, los reclutadores y los gerentes de personal deben idear procedimientos que filtren a los candidatos inadecuados tan pronto como sea posible. De lo contrario, el proceso de reclutamiento sería demasiado largo y agotador. Por lo tanto, pregúntate qué motivos podrían llevar al departamento de personal a rechazar a un candidato y si tu perfil apunta a tales razones (si fueran obvias, no te habrían invitado a la entrevista).

Si hay ciertos aspectos que no benefician a tu candidatura, identificarlos y justificarlos podría jugar en tu favor porque demuestras ser consciente de esta debilidad y estar trabajando para mejorar. Dependiendo de la facultad o habilidad de que se trate, o de cuántas sean, esto puede ser más o menos convincente, pero sigue siendo mejor que admitir tus carencias sin mostrar la intención de mejorar. A continuación, presentamos dos ejemplos de cómo responder bien a preguntas sobre debilidades específicas:

Carencia Argumentación
Te falta una habilidad enumerada en la descripción del perfil. Asegúrate de que deseas adquirir estas habilidades cuanto antes. Lo mejor que puedes hacer es dar un ejemplo de cómo has logrado hacer esto en puestos anteriores. Si es posible, refiérete a titulaciones o habilidades similares que podrían acortar el tiempo de aprendizaje. Si se requiere el conocimiento de un programa en particular, puede ser ventajoso, por ejemplo, si ya conoces un programa de naturaleza muy similar.
No cuentas con la experiencia necesaria para el puesto. Trata de referirte a experiencias laborales comparables, por ejemplo, un trabajo de estudiante, una práctica o puestos de trabajo similares en otro sector. Transmite que puedes aportar “aire fresco” a la empresa por tu experiencia anterior en lugar de aceptar la falta de experiencia en la industria como una debilidad.

En realidad, el entrevistador ha tenido ya la oportunidad de encontrar esos puntos débiles en tu curriculum vitae, pero si te invitó a una entrevista, es que tu solicitud le dejó una buena impresión, de modo que ahora no conviene hacer demasiado hincapié en lo negativo. Concéntrate en los aspectos positivos de tu currículum y trata de redirigir los aspectos negativos. Muchos entrevistadores preguntan específicamente por las debilidades para tener una impresión de cuán confiado pareces en tu justificación. Si tienes éxito en esto, también podrás demostrar tu habilidad para comunicarte. Si pareces demasiado indeciso, muchos profesionales de RRHH lo interpretarán como una indicación de que tu debilidad es tan pronunciada que tú mismo tienes dificultades para justificarla.

Prepárate para las preguntas típicas de RRHH

Cada entrevista es diferente, pero hay preguntas y temas que desempeñan un papel en la mayoría de las entrevistas. Por esta razón tiene sentido tratar con las categorías y preguntas que se dan con más frecuencia, aunque sin memorizarlas y recitarlas de memoria. Dependiendo del sector, la empresa o el carácter del entrevistador, las respuestas pueden variar.

En la siguiente tabla encontrarás algunas preguntas recurrentes:

Categoría Preguntas
Cualificaciones profesionales ¿Por qué es usted el mejor candidato para este puesto?¿Qué habilidades puede aportar para este puesto?¿Con qué métodos/programas informáticos ha trabajado ya/tiene experiencia?¿En qué grado domina usted la habilidad X/el programa Y?¿Qué habilidades centrales adquirió durante los estudios/en su experiencia laboral anterior/en las prácticas?
Motivación ¿Por qué se ha presentado como candidato en nuestra empresa?¿Qué espera usted del puesto?¿Qué expectativas tiene usted en nuestra empresa?¿Qué sabe usted de nuestra empresa?¿Cuáles son sus objetivos profesionales?¿Por qué finalizó su anterior relación laboral?¿Qué es lo que le desagradó en su anterior puesto?¿Estaría dispuesto a mudarse por este empleo?
Cualificaciones personales ¿Tiene cualidades organizativas?¿Cuánta responsabilidad tenía en su anterior puesto?¿Cuáles son, a su manera de ver, las habilidades y cualidades más importantes para realizar este trabajo?¿Cuáles son sus puntos fuertes?¿Cuáles sus puntos débiles o carencias?¿Cómo le describen sus amigos?
Personalidad/carácter Preguntas sobre la procedencia geográfica, formación y experiencia:¿Dónde se ve usted en X años?¿Tiene intereses y pasatiempos?¿Es importante para usted la familia?¿Tiene usted personas de referencia?
Preguntas sensibles/prueba de estrés ¿Por qué tardó tanto en licenciarse?¿Por qué no ha absuelto ninguna práctica? ¿Por qué, habiendo hecho tantas prácticas, no le contrataron laboralmente en ninguna de estas empresas?¿Qué le ha llevado a dejar su trabajo actual (tras tan solo X meses)?¿Por qué se ha presentado como candidato si no domina X/carece de conocimientos en Y/no tienen ninguna experiencia en el sector?¿Cree usted que esta entrevista está yendo bien?
Preguntas con trampa Con estas preguntas el entrevistador rara vez está interesado en una respuesta correcta, sino en ver cómo eres de flexible y cómo te defiendes en situaciones espontáneas. Pero hoy en día ya no es tan común plantearlas:¿Cuánto pesa la ciudad X?¿Podría resolver este acertijo?Usted está en un barco y recoge el ancla: a) ¿baja el nivel del agua?, b) ¿sube?, c) ¿no cambia?¿Por qué las bocas de alcantarillado son redondas?

Prepárate algunas preguntas

Los entrevistadores conceden un gran valor a que la conversación sea bidireccional, así que no temas plantear tus propias preguntas para conocer mejor a la compañía y señalizar tu interés. Las preguntas técnicas también apuntan a un cierto nivel de experiencia por tu parte. Si tu interlocutor quiere saber si tienes preguntas, suele ser una mala señal responder negativamente. En el peor de los casos, indica falta de interés o imaginación. Por lo tanto, es aconsejable preparar un cuestionario. He aquí algunos ejemplos de preguntas que puedes hacer durante o al final de la entrevista:

  • ¿Cómo es el candidato ideal para usted?
  • ¿Qué le llevó a invitarme a la entrevista?
  • ¿Cuál es el siguiente paso en el proceso de solicitud?
  • ¿Cómo describiría el ambiente de trabajo en su empresa?
  • ¿Qué oportunidades de formación se ofrecen?
  • ¿Utiliza el programa X / procedimiento Y?
  • ¿Es el conocimiento del idioma X una ventaja?

Por supuesto, pueden surgir nuevas preguntas durante la entrevista que puedes ir planteando sobre la marcha, aunque sin interrumpir a tu interlocutor con demasiada frecuencia. Dependiendo de su carácter y si tienes la sensación de una buena “química”, también puedes optar por un estilo menos formal a la hora de formular estas preguntas. Sin embargo, procura no poner al entrevistador en una situación incómoda con preguntas como “¿Le gusta trabajar aquí?” o “¿Le pagan bien aquí?”. Si ya ostentas falta de tacto durante la entrevista, no es probable que obtengas una segunda oportunidad para demostrar lo contrario en un puesto en la empresa.

Ensaya la entrevista en petit comité

Prepárate la entrevista como un juego de diálogo. Puedes pedir a un amigo, por ejemplo, que se ponga en el papel de entrevistador y simule una entrevista. Esto te permitirá entrenarte para reaccionar con confianza a las preguntas sin tener que pensar demasiado tiempo en las respuestas.

Estos ejercicios también muestran si necesitas prepararte mejor. Una entrevista simulada te ayudará especialmente si tu interlocutor puede irradiar cierta autoridad, si ya ha realizado con éxito una entrevista y puede aprovechar la experiencia. Pregunta en tu círculo de conocidos quién podría desempeñar este papel. Es aún mejor si una tercera persona observa la conversación desde un punto de vista neutral y comparte contigo los resultados de su observación. Una inversión de roles también puede ser útil para conocer el lado del entrevistador.

Durante la entrevista: qué hacer o no hacer en una entrevista de trabajo

Con una buena preparación, por lo general se acude con más confianza a la entrevista. Pero también hay algunos consejos para mejorar tus opciones en el transcurso de la entrevista.

Convence ya en los primeros cinco minutos

Los estudios han demostrado que en los primeros cinco minutos de una conversación las personas deciden si encuentran a su interlocutor simpático o no. Por supuesto, esto también puede aplicarse a las entrevistas de trabajo. Transmitir una buena impresión en los primeros cinco minutos suele contribuir a aliviar la tensión. Por lo tanto, asegúrate de hacer un primer contacto prometedor e inicia la conversación:

  • Acude a la empresa con energía positiva y una actitud activa. Sonreír y caminar con seguridad serán tus mejores aliados.
  • Expresa tu gratitud por la oportunidad que se te presenta. Estrecha las manos de cada entrevistador con un poco de presión –pero no demasiado fuerte.
  • Una afirmación positiva al principio no puede hacer ningún daño: “Qué oficina tan bonita”, “Estoy muy contento de estar aquí”, y así sucesivamente. Pero no exageres, de lo contrario tus afirmaciones parecerán exageradas y calculadas.

Envía las señales no verbales adecuadas

En una conversación, no solo es importante lo que se dice, sino también lo que no se dice abiertamente, la comunicación no verbal. En cierto modo, el cuerpo siempre acompaña a nuestro mensaje y la gente interpreta ciertas señales físicas que tanto pueden ser positivas como negativas. Los siguientes consejos te ayudarán a utilizar el lenguaje corporal durante la entrevista para convencer a tu interlocutor.

  • Mantén el contacto visual. Esto es muy importante para indicar tu interés en la conversación y sus participantes. No mires con demasiada frecuencia y durante mucho tiempo a la mesa delante de ti ni dejes que tu mirada vague alrededor del entrevistador, porque transmitirá un efecto aburrido o letárgico.
Consejo

Si te resulta difícil mirar directamente a los ojos, puedes recurrir a este pequeño truco: fija un punto imaginario detrás de la frente de la otra persona. Si hay varios entrevistadores sentados frente a ti, debes involucrar regularmente a cada persona con tu contacto visual. En cualquier caso, deberías mirar a la persona que te está hablando en cada momento.

  • Siéntate con la espalda recta, pero no demasiado rígido. Sentarse en la silla de cualquier manera da una imagen desmotivada o irrespetuosa. Tu posición en la silla siempre transmite una cierta impresión de tu persona. Tanto la falta de tensión corporal como la inquietud nerviosa (por ejemplo, la superposición constante de las piernas) tienden a tener un efecto negativo.
  • Los brazos y las manos deben permanecer siempre a la vista. No apoyes la cabeza en una mano, usa tus manos cuando hables para apoyar el contenido de lo que dices, pero no exageres tus movimientos al hablar, porque parecerás nervioso o intrusivo. Aquí también debes prestar atención al equilibrio correcto.
  • Piensa bien qué ropa vas a ponerte para la ocasión. Asegúrate de verificar con anticipación si hay un código de vestimenta específico o un estilo propio del sector. Por lo general, se debe evitar un aspecto demasiado elegante y usar joyas y accesorios llamativos. Procura transmitir profesionalidad y seriedad siguiendo lo que es habitual en el ramo de la empresa.
  • Evita usar un perfume o un desodorante demasiado fuerte.

Ponte al mismo nivel que el entrevistador

Muchos candidatos se posicionan automáticamente en un papel subordinado, pero esa es precisamente la estrategia equivocada, porque da la impresión de que no se está convencido de la propia cualificación. Recuerda que no solo te están ofreciendo un trabajo, sino que tú estás ofreciendo tu mano de obra y especialización.

Valórate en tu justa medida y deja claro al entrevistador que esta solicitud es mutua: si tu estás tratando de presentarte a la empresa como un candidato adecuado, la empresa también debería ser convincente como empleador. Por lo tanto, no asumas la actitud del que pide. Una relación de trabajo sana solo tiene lugar si ambas partes se benefician mutuamente. Considera esto antes y durante la entrevista.

La entrevista de trabajo no es un interrogatorio

Muchos solicitantes tienden a tomar una actitud pasiva durante la entrevista, a menudo porque piensan que es cortés esperar a lo que el entrevistador hace y dice y responder en consecuencia. En realidad, limitarse a reaccionar a las preguntas irradia falta de iniciativa.

Conviene recordar que los mencionados USP o características únicas deben ser parte integrante de esta conversación. Si tienes la oportunidad de ponerlas de relieve, no deberías dejarla pasar. La lista de preguntas que preparaste con antelación también sirve de ayuda para marcar el paso de vez en cuando. De esta manera, el candidato puede dirigir la entrevista a su terreno y al mismo tiempo mostrar iniciativa y determinación.

Responde con confianza a las preguntas personales

No podemos descartar los deslices de los mismos entrevistadores, sea de forma consciente o inconsciente. Hay ciertas preguntas inadmisibles referidas sobre todo a cuestiones de origen, estado civil, orientación sexual o familia que, a pesar de todo, siguen apareciendo en algunas entrevistas. Has de saber que no es necesario responder a todas las preguntas. Y son las mujeres en particular las que más atención deben prestar a este tipo de indagaciones sobre un eventual embarazo o el deseo de formar una familia.

Dado que estas preguntas atentan contra la privacidad, no es necesario responderlas con veracidad, de modo que cabe responder con frases como “En este momento me estoy concentrando totalmente en mi carrera” o “Los niños no suponen un problema en mi fase actual de la vida”, que es lo que el responsable de RRHH quiere escuchar. Las preguntas sobre el absentismo por enfermedad no solo son inapropiadas, sino que en muchos casos están prohibidas por la ley, de modo que tampoco hay que temer consecuencias legales si se responde de forma estándar.

Finaliza la entrevista con una nota positiva

La última impresión a menudo sigue siendo la que se queda grabada en la memoria y, de la misma forma que la empezaste, quieres ponerle punto y final. Una vez más, expresa tu gratitud por la oportunidad y haz que tu deseo de conseguir el trabajo sea claro. Esto señaliza al entrevistador que lo más probable es que aceptes el trabajo si te lo ofrecen. Por regla general, las empresas tienen un gran interés en cubrir las vacantes lo antes posible. Haz saber que estás deseando saber de la compañía. Para finalizar, es importante volver a causar una buena impresión. Porque puede ser esta última impresión la que te diferencie positivamente de un competidor más cualificado.

Seguimiento: tras una entrevista viene la siguiente

Tan pronto como sales por la puerta de la empresa, celebra tu triunfo, pero no te relajes demasiado. En particular si todavía hay varias solicitudes abiertas o si un solo proceso de solicitud se lleva a cabo en varios pasos, es importante procesar correctamente la entrevista realizada.

Evalúa la entrevista

Si se sacan las conclusiones correctas de una entrevista, es posible prepararse aún mejor para la siguiente. Plantéate estas preguntas:

  • ¿Estoy satisfecho con la entrevista? ¿Valoro la conversación como un éxito o un fracaso?
  • ¿En qué momentos de la conversación me mostré inseguro, cuál dominé con confianza?
  • ¿Conseguí toda la información que quería?
  • ¿He dejado claros mis argumentos principales o los aspectos que me diferencian del resto?
  • ¿Cómo evalúo la química personal entre el entrevistador y yo?
  • ¿Qué imagen tengo del trabajo y de la empresa? ¿Me veo trabajando allí realmente?

Anota las conclusiones más relevantes para incluirlas en la preparación de la siguiente entrevista.

No extiendas demasiado la pausa entre entrevistas

Aun teniendo la impresión de que tu entrevista de trabajo fue muy bien, no es ninguna garantía de empleo. Los factores a partir de los cuales una empresa elige a un candidato y no a otro acostumbran a ser desconocidos para los candidatos y no hay forma de influir en ellos. Un día de receso es recomendable, pero no conviene interrumpir el proceso de búsqueda de empleo si no se quiere perder el ritmo de trabajo ni el impulso de la entrevista que acabas de superar.

No te rindas

La búsqueda de trabajo puede minar fácilmente la confianza en uno mismo si se acumulan las negativas. Sin embargo, esto no tiene que significar que la cualificación es demasiado baja, especialmente en el caso de puestos codiciados a los que se presentan muchos otros candidatos. Si, a pesar de una entrevista regular, sigues anhelando ese puesto, no hay nada malo en acercarse de nuevo al empleador potencial. Con el fin de averiguar en lo que aún necesitas trabajar, también puede ser útil pedirle personalmente a tu entrevistador que te dé su opinión. Preguntar no hace daño a nadie y, si bien no son muchos los que están dispuestos a contestar, por lo menos indicas tu interés en mejorar, lo que puede beneficiarte más adelante.

Recuerda siempre que, si no lo intentas, solo puedes perder. Así que no te rindas y trata de mejorar continuamente. La tolerancia a la frustración no solo es de ayuda en la vida laboral, sino también a la hora de encontrar el trabajo adecuado.

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