Valor razonable: los principios del fair value en contabilidad

Desde el 1 de enero de 2008 y tras la implementación del Real Decreto 1515/2007, de 16 de noviembre, entra en vigor una reforma integral al Plan General de Contabilidad español que busca cumplir con las entonces adoptadas normas contables europeas (Normas Internacionales de Información Financiera). En ellas se dispone y aprueba un plan de contabilidad para pequeñas y medianas empresas y se establecen criterios contables específicos para micronegocios. Para muchos, una de las novedades más significativas fue la implementación del valor razonable o fair value como unidad de evaluación en el ámbito de la contabilidad. Esta unidad de medida ficticia y orientada al mercado se calcula a partir de la situación actual de los activos y pasivos de una empresa. Adicionalmente, ayuda a los inversores y otros socios a determinar si vale la pena o no realizar una inversión a largo plazo. Así, el valor razonable es un buen indicador de las probabilidades de éxito futuro a la hora de realizar el cierre anual.

¿Qué es el valor razonable?

El International Financial Reporting Standard 13 define al valor razonable como el precio que se recibe en una transacción ordenada entre participantes del mercado en la fecha de medición por la venta de un activo o la transferencia de un pasivo. En ella se aplican dos supuestos: que la transacción tiene lugar en el mercado principal correspondiente o en el mercado más ventajoso para el activo o el pasivo, y que las partes involucradas actúan en su mejor interés económico. La evaluación del valor razonable se hace con la ayuda de procedimientos adecuados que cuentan con los datos suficientes. Como procedimientos preliminares del IFRS 13.62 se enumeran el enfoque de mercado, el enfoque de costos y el enfoque de ingresos. Los parámetros utilizados en el cálculo del valor razonable pueden clasificarse jerárquicamente:

  • Los parámetros de primer nivel son los precios para activos o pasivos idénticos (precios de mercado).
  • Los parámetros de entrada de segundo nivel hacen referencia a precios detectables directa o indirectamente para activos o pasivos idénticos o muy similares (valores comparativos).
  • Los parámetros de entrada de tercer nivel son los precios de los activos o pasivos que no pueden ser observados (estimaciones).
Las empresas están obligadas a proporcionar toda la información acerca del fair value resultante. Se debe aclarar qué procedimientos de evaluación y qué parámetros de entrada se utilizaron, así como presentar información básica sobre el valor tasado del activo o pasivo. Adicionalmente se debe explicar el impacto de las valoraciones sobre la base de los parámetros de entrada de tercer nivel, es decir, de los supuestos beneficios o pérdidas.

El objetivo de usar el valor razonable en contabilidad

El fair value pretende asignar una mayor objetividad, transparencia y relevancia a la información en los balances anuales. Puesto que se trata de un criterio de evaluación comercial, este no incurre en consecuencias fiscales para las empresas. Su mayor ventaja es la relevancia, arrojando como resultado la evaluación oportuna de valores activos y pasivos. Los datos históricos como los costes de adquisición y producción, que de otra forma servirían como indicador, no gozan de un contenido informativo tan actual. Para prestamistas y socios actuales o futuros los valores razonables representan la mejor manera de evaluar las posibilidades de éxito de una inversión. Por otra parte, el fair value sirve como base para clasificar los flujos futuros de efectivo.

¿Cuándo se debe indicar el valor razonable?

Como criterio de evaluación comercial, el fair value juega un importante papel tanto en la valoración inicial como en la final. Por lo tanto, resulta decisivo a la hora de adquirir un activo o un pasivo, así como al calcularlo regularmente en etapas posteriores, siempre y cuando haya pérdidas o ganancias decisivas que así lo requieran. En particular para los siguientes activos y pasivos, el valor razonable es un requisito de medición imprescindible:
  • Todos los activos que forman parte de un plan de activos (pensiones de jubilación).
  • Disposiciones de pensiones, siempre y cuando su cantidad dependa del valor razonable y se encuentre sobre el valor mínimo garantizado.
  • Los activos, pasivos, periodificaciones y partidas especiales que están conectadas a empresas subsidiarias –las excepciones son las provisiones y los impuestos diferidos.
  • Los activos, pasivos, periodificaciones y partidas especiales que resulten de la inversión en empresas extranjeras (limitado al precio de adquisición) –aquí las excepciones son también las provisiones y los impuestos diferidos.
Las valoraciones posteriores suelen ser frecuentes, especialmente para los dos primeros casos. Por lo demás, para los activos intangibles el cálculo del valor razonable solo es una opción si la investigación puede distinguirse claramente del desarrollo.

Tres enfoques para calcular el fair value

Como se mencionó anteriormente, existen tres procedimientos para determinar el valor razonable. Mientras que el enfoque de mercado (market approach) tiene como objetivo el mercado de referencia y puede incluirse en la medición del valor razonable de los parámetros de entrada de primer y segundo nivel, el enfoque de costos (cost approach) y el enfoque de capital (income approach) lo calculan sobre la base de los criterios de valoración de tercer nivel. En los siguientes párrafos te proporcionamos información detallada sobre cada uno de los tres enfoques y te explicamos en qué situaciones resultan más adecuados.

Enfoque de mercado (market approach)

El enfoque de mercado es un procedimiento de cálculo orientado al mercado. En este cabe diferenciar entre el uso directo de los precios actuales del mercado y el uso de analogías para determinar el valor razonable. En el primer caso, el precio de mercado sirve como guía para calcular el fair value. La única condición que existe es que el mercado sea activo y cumpla con los siguientes tres puntos:
  1. Los activos negociados tienen que ser, en gran medida, homogéneos (independientemente de cualquier referencia espacial o a los participantes del mercado)
  2. Como regla general, siempre es posible encontrar compradores y vendedores interesados.
  3. Los precios de los bienes o servicios intercambiados están disponibles al público.
En el segundo caso no existe un precio de mercado específico para el activo a clasificar, razón por la cual el fair value se determina sobre la base de activos comprables. Para este propósito, los valores de comparación se modifican, por ejemplo, a través de descuentos o recargas. También se permite el uso de multiplicadores que se acoplen a las ventas o a las ganancias. Gracias a su rastreabilidad, el enfoque de mercado es el preferido a la hora de calcular el valor razonable. Sin embargo, su aplicación se dificulta si no se cuenta con suficientes datos, ya sea porque no se conoce el precio concreto de mercado ni tampoco los valores comparables.

Enfoque de capital (income approach)

El enfoque de capital, también conocido como método de valor presente neto, se fundamenta en todos los flujos de efectivo relevantes (cash flows) con una tasa de interés de riesgo hasta la fecha de valoración. El valor razonable se determina utilizando los valores para la cantidad y la duración de los flujos de pago. Algunos de los procedimientos son:
  • Método de los flujos de fondos inmediatos: el valor se determina por la suma de los ingresos a futuro que se pueden asociar a cada activo. Esto se hace directamente en la forma de flujo de caja o efectivo.
  • Método de regalías: con este método el fair value se calcula sobre la base de aquellas futuras regalías que se pagarán a un tercero por un activo. Con este fin, se multiplica la tasa de regalías por las ventas.
  • Método de valor residual: la idea detrás de este método es que cualquier ingreso residual se asigna a los activos a valorar. Para este propósito es necesario deducir los flujos de efectivo (materiales e inmateriales) de todos los demás activos en los ingresos totales.
  • Método de mayores ganancias: este consiste en determinar cambios en los flujos de efectivo sobre la base de ahorros o ingresos generados por un activo inmaterial. Para determinarlo se utilizan aquellos flujos de efectivo de una empresa que no son controlados como activos en cartera.
Sin embargo, todas las aproximaciones del enfoque de capital tienen en común el mismo problema: el parámetro esencial de evaluación para el respectivo objeto de valor puede verse influenciado o manipulado por valoraciones subjetivas. En particular, la cantidad y la duración de los flujos de efectivo relevantes resultan difíciles de entender y objetivar.

Enfoque de costos (cost approach)

El enfoque de costos reúne dos aproximaciones para determinar el valor razonable: el método de los costes de reproducción y el método de sustitución. El primero fija el valor razonable de todos los gastos necesarios para replicar el activo en caso de que se utilicen recursos y medidas idénticas. El de sustitución también está dirigido a los costes que conlleva la réplica de un activo (con los mismos beneficios), aunque, a diferencia del método de costes de reproducción, en este último se incluyen los recursos y métodos actuales.
Entre los costes incluidos en la evaluación se encuentran los directos, como los flujos de efectivo, los generales y los de oportunidad, tales como los sueldos de la empresa. Si el objeto de valor ya fue previamente evaluado, se debe determinar la pérdida incurrida del valor económico y descontarla a la hora de calcular el valor final. Los puntos fuertes del enfoque de costos son la rastreabilidad y la verificabilidad de los criterios de valoración, aunque para muchos artículos de valor intangible, el proceso de réplica es difícilmente realizable. Otro problema es el hecho de que no se muestra el potencial de los ingresos futuros.
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