Como muestra el ejemplo anterior, el análisis ABC es muy adecuado para reducir los procesos complejos de la empresa a lo más esencial y representarlos claramente. Las cifras necesarias para llevarlo a cabo ya están disponibles en todas las empresas, ya que se utilizan de todos modos para el control de gestión y la contabilidad. Por lo tanto, el análisis puede realizarse fácilmente y en cualquier momento, pues prepararlo no lleva mucho tiempo. Otro punto fuerte del método es que puede aplicarse a diversos ámbitos de la empresa, ayudándonos a obtener información valiosa para tomar las próximas decisiones estratégicas.
No obstante, el método también tiene algunos inconvenientes, como la clasificación aproximada en solo tres clases, que resulta poco adecuada para algunas empresas. Tampoco tiene sentido utilizarlo cuando el porcentaje de valor de los diferentes elementos apenas difiere porque, si es así, resulta muy complicado o prácticamente imposible clasificarlos. En tal caso, otros métodos de análisis serán mucho más útiles. Además, por lo general, con el método ABC comparamos los elementos sobre la base de un único factor que, por otra parte, es cuantitativo. Esto significa que el análisis ABC no permite valorar los factores cualitativos que tienen un impacto en las ventas.
No obstante, con poco esfuerzo, las empresas pueden adaptar el método ABC a sus circunstancias individuales, definiendo por ejemplo otras categorías o, si es necesario, realizando previamente un análisis combinado de varios factores para obtener una sola cifra comparable.