Las empresas que están obligadas a presentar en cada ejercicio contable sus cuentas anuales no solo deben presentar un balance ante la autoridad fiscal correspondiente, sino que deben incluir también otros documentos contables como es la cuenta de pérdidas y ganancias, también conocida como cuenta de resultados o estado de resultados. Si bien son estados financieros donde se incluye información similar, mientras que el balance muestra los activos, pasivos y patrimonio neto de la empresa en un momento determinado, la cuenta de pérdidas y ganancias muestra si la empresa ha obtenido beneficios o pérdidas en el desarrollo de la actividad durante el ejercicio.
Pero ¿cómo se elabora esta cuenta de resultados? Grosso modo existen dos métodos para la clasificación de los diferentes elementos de una cuenta de resultados: según la naturaleza y según la función. Optar por uno u otro dependerá en gran medida de la normativa aplicable. Así, por ejemplo, en España, el Plan General de Contabilidad (PGC) establece el criterio de la naturaleza como el único válido para elaborar la cuenta de resultados. No obstante, el Reglamento Europeo autoriza, siguiendo las Normas Internacionales de Contabilidad (NIC), a ambos métodos como válidos para presentar el estado de resultados. Dichos métodos aparecen recogidos en la NIC 1, donde se detallan los diferentes componentes de las cuentas anuales.
¿Qué tiene de particular cada uno de ellos? Mientras que por el método de la naturaleza de los gastos se muestra, como su nombre deja intuir, el tipo de ingresos y gastos de acuerdo con su naturaleza sin atender a la función que desempeñan en la actividad de la empresa, el método de la función de gastos (también método del coste de las ventas) los clasifica atendiendo al “cometido” dentro de la actividad de la empresa. De este modo, serán gastos de explotación los incurridos en el desarrollo de la actividad empresarial, y gastos de distribución, los causados durante, por ejemplo, el transporte de las mercancías, etc.