El aspecto más importante del gap analysis, pese a lo que pueda parecer, no son las curvas en sí, sino las brechas que hay entre ellas, que muestran claramente en qué medida difieren el objetivo estratégico, el estado óptimo y el real. La brecha entre el estado deseado y el óptimo se denomina brecha estratégica, mientras que la que se encuentra entre el estado óptimo y el estado real se llama brecha operativa.
Una brecha estratégica muy marcada muestra que el objetivo es muy poco realista y que los recursos existentes (o carentes) en la empresa no se han tenido suficientemente en cuenta en la planificación. Las posibles medidas a tomar pueden incluir la revisión de la estrategia o la mejora del potencial de la empresa (por ejemplo, contratando más personal o comprando máquinas más eficientes).
Una gran brecha operacional revela que hay obstáculos que afectan el funcionamiento óptimo de los procesos empresariales. La lista de posibles causas es larga y abarca desde los fallos técnicos del equipo operativo hasta la falta de motivación de los empleados. Por esta razón, en este caso, conviene investigar más a fondo cómo se puede mejorar el estado real.