En el Plan General de Contabilidad (PGC) se establece que “la empresa reconocerá como provisiones los pasivos que, cumpliendo la definición y los criterios de registro o reconocimiento contable contenidos en el Marco Conceptual de la Contabilidad, resulten indeterminados respecto a su importe o a la fecha en que se cancelarán. Las provisiones pueden venir determinadas por una disposición legal, contractual o por una obligación implícita o tácita.”
Para el lector que por primera vez intenta adentrarse en el ámbito de la contabilidad y entender qué son las provisiones, esta cita, más que despejar dudas, puede provocar cierto desasosiego. No obstante, basta con aclarar algunos puntos para entender con mayor precisión de lo que estamos hablando:
Toda empresa tiene una serie de obligaciones contables, entre ellas, la de llevar a cabo un balance que junto a la cuenta de pérdidas y ganancias, el estado de cambios en el patrimonio neto y el estado de flujos de efectivos conforman las cuentas anuales (también denominadas estados financieros). Estas cuentas anuales, por una parte, dan fe ante el Registro Mercantil de una gestión clara y fiel y, por otro, sirven a la empresa para llevar un control sobre sus gestiones. Pues bien, el balance, que no es más que una presentación esquematizada de la situación financiara de la empresa, se compone de una serie de elementos establecidos dentro del Plan General de Contabilidad: los activos (aquello que tengo), los pasivos (aquello que debo) y el patrimonio neto de la empresa. Dentro de los pasivos, no solo se incluyen el préstamo del banco y la factura que pagar al proveedor, sino también los gastos en los que se prevé incurrir (pues derivan de una actividad en el pasado), pero cuya cuantía exacta o momento de cancelación no se conocen con seguridad. Son estos gastos los que se conocen como provisiones.
Por tanto, en contabilidad las provisiones suponen una disminución del valor del patrimonio neto de las empresas y representan una serie de obligaciones que han de realizarse en el futuro (por ejemplo, el coste de litigios judiciales, despidos de trabajadores, pensiones, etc.) de los que no se conoce la suma o el momento en el que van a tener lugar. Dicho de otro modo, las previsiones son obligaciones inciertas que toda empresa ha de incluir en sus cuentas anuales por imperativo legal y que contribuyen a ofrecer una imagen lo más exacta posible de la situación financiera de una empresa.
Por último, cabe indicar que el concepto de provisión desaparece como tal del balance en el momento en que se conoce la cantidad exacta de la obligación que hay pagar. En el caso de que el importe de la provisión existente sea superior al importe que hay que pagar, la diferencia sobrante se indica en el balance como exceso de provisiones. No obstante, si se quiere tener más información sobre cómo eliminar las provisiones de los libros contables basta con acceder a este otro artículo.